Dom 23.12.2007

EL PAíS  › UN PREFECTO SERIA IMPUTADO POR EL HOMICIDIO DEL REPRESOR DE LA ESMA

La jueza cree que a Febres lo asesinaron

Angel Mario Volpi, el prefecto que “custodiaba” al represor envenenado, es el más comprometido en el caso. Los forenses y toxicólogos concluyeron que Febres ingirió el cianuro después de la cena y que muy posiblemente lo engañaron: le dieron una pastilla diciéndole que era un medicamento para alguna de sus enfermedades.

› Por Raúl Kollmann

La jueza Sandra Arroyo decidirá esta semana a quién procesa por la muerte del represor Héctor Febres. Todo indica que para la magistrada el delito es homicidio, o sea que a Febres lo asesinaron envenenándolo con cianuro. Es muy probable que el prefecto Angel Mario Volpi, la última persona que estuvo con Febres y quien, además, tenía llaves de su departamento, sea imputado por el homicidio. Después de las declaraciones de forenses y toxicólogos del viernes pasado, está claro que Febres ingirió el cianuro después de la cena y muy posiblemente lo engañaron: le dieron una pastilla diciéndole que era un medicamento para alguna de sus enfermedades y le suministraron el cianuro por esa vía. Para la jueza Arroyo, el caso es un laberinto, porque eran tan grandes –e increíbles– las irregularidades en el lugar de detención de Febres, que resulta casi imposible saber quién entraba y quién salía del Destacamento Delta de la Prefectura y del “camarote”, como llamaban al departamento de Febres.

Suicidio no

“La hipótesis del suicidio está superada. No va”, analizan los investigadores judiciales del caso. Hay varios indicios que llevan a esa conclusión:

- Febres no dejó ninguna carta de despedida ni explicativa. Todos los familiares y los médicos y sacerdotes que tenían relación con él afirman que lo hubiera hecho. Esa habría sido la forma de desincriminar a todos los que lo rodeaban. Pero, además, si quería denunciar a sus superiores durante la dictadura, si quería mantener el silencio por considerarse un supuesto hombre de honor, si consideraba que era víctima de una injusticia, lo habría dejado asentado.

- El miércoles próximo, con presencia de todas las partes, empezará el peritaje informático sobre los archivos de su computadora. El aparato ya encierra un escándalo en sí mismo, porque fue sacado del camarote después de la muerte de Febres. La jueza Arroyo detectó la maniobra y logró secuestrarlo. Habrá que ver si en la computadora, por ejemplo, aparece documentación relativa a la muerte.

- En cartas de Febres de 2003, el prefecto habla de que quiere ponerle un final a su situación, pero al mismo tiempo menciona que no tiene agallas –“no tengo valor”– para el suicidio. Al mismo tiempo, en esas cartas hasta dice que si algo le pasa debe quedar claro que no es un suicidio. El sacerdote que declaró en la causa también descartó la hipótesis del suicidio: mencionó que tenía fuertes convicciones religiosas y no hubiera tomado la decisión de quitarse la vida.

Asesinato

En la tarde del viernes se hizo circular la versión de que Febres murió de un paro cardíaco y que el cianuro fue puesto después. Esa información fue atribuida a supuestas conclusiones de los peritos.

La realidad es que los forenses y toxicólogos que declararon el viernes dijeron todo lo contrario: está probado que el cianuro fue la causa de la muerte.

- Se encontró cianuro en el estómago y en la sangre. En las paredes del estómago se verificaron lesiones producidas por el cianuro que fueron las que llevaron a Febres a la muerte. Estos estudios se hicieron en presencia de los peritos de parte, incluyendo los designados por la familia Febres a través de su abogado, Martín Orosco.

- En el estómago se encontró tomate y cítricos en un estado de digestión avanzado. No hubiera sido así si el cianuro se consumía al mismo tiempo que la cena. Eso significa que el veneno se ingirió después de la cena.

- Quien lo acompañó esa noche en la última comida y aún después fue el prefecto Angel Volpi, una especie de insólito edecán de Febres, al punto que traía y llevaba a su esposa a la casa y le servía de asistente personal.

- Para la causa judicial, el acceso al “camarote” de Febres es un elemento clave. El represor tenía la llave de su departamento, entraba y salía cuando quería, pero Volpi era el otro que tenía acceso irrestricto. La familia, especialmente su hija Sonia, lo acusa en forma directa de la muerte.

- La idea de forenses y toxicólogos es que el cianuro fue suministrado a Febres o bien diluido en agua o bien con una pastilla que le dijeron que era un medicamento. Al lado de su cama no se encontró un vaso de agua, sino en el living del departamento-celda. Los profesionales afirmaron que el cianuro, ingerido por vía oral, no produce la muerte instantánea. Es posible que haya tomado el vaso de agua, luego ingresó a su “camarote”, se acostó y el cianuro lo mató después de dormirse. Febres solía levantarse a la noche para ir al baño y tomar agua. Tal vez el cianuro estaba diluido en el agua del vaso, pero es imposible saberlo porque la escena fue totalmente alterada. A la jueza le avisaron por teléfono una hora y media después de encontrado el cuerpo, pidió que se fajara el lugar hasta que ella llegara a la escena del crimen y cuando arribó estaba toda la familia, amigos y allegados dentro del departamento-celda.

Lo que ocurrió fue una verdadera provocación. En el libro de visitas (ver aparte) se dejó asentado que ingresó la jueza, su secretaria, el fiscal Alberto Gentili, y una secretaria, pero no figuran la esposa ni los hijos ni varios primos, amigos y camaradas de armas que entraron al Destacamento Delta y al “camarote” de Febres.

La jueza Arroyo tiene hasta el 3 de enero para resolver si mantiene detenidos a Estela Maris Guevara, esposa de Febres, los hijos, Sonia y Ariel, al prefecto mayor Rubén Iglesias, jefe del Destacamento, y al prefecto Volpi, el más directamente relacionado con la custodia de Febres. La magistrada les prometió a las partes que haría el esfuerzo de resolver antes de fin de año, por lo cual ayer estaba trabajando en el juzgado. Según coinciden todos los investigadores, el más comprometido es Volpi. Y el delito, homicidio. La jueza tendrá que evaluar, también sobre la base de las diligencias que se harán esta semana, incluyendo el peritaje de la computadora, si tiene los elementos suficientes como para hacer la imputación y dictar la prisión preventiva.

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