EL PAíS
› SEGUNDA MARCHA DEL MOVIMIENTO DE LOS CHICOS DEL PUEBLO
“Es posible soñar otro tiempo”
Al estrenarse el documental sobre la marcha de La Quiaca a Buenos Aires, el Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo anunció una segunda caravana que partirá de Misiones el 28 de octubre.
› Por Luis Bruschtein
“Marchemos porque es posible soñar otro tiempo, el tiempo del trabajo, de los salarios dignos, donde ser jubilado sea una bendición, y ser niño un privilegio. No estamos lejos ni cerca de ese futuro, estamos en el tiempo exacto para diseñar la tierra y el cielo que queremos”, exhortaba el volante que repartieron anoche en el Centro Cultural San Martín, donde se estrenó la película Modesta proposición, sobre la marcha que realizaron el año pasado desde La Quiaca a Buenos Aires los hogares de chicos de la calle que integran el Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo. Esta vez la marcha será del 28 de octubre al 8 de noviembre y partirá de Misiones.
Con la sala llena de público y decenas de chicos con la pechera amarilla que usaron en la marcha del año pasado, se estrenó el documental de Miguel Mato donde los protagonistas eran muchos de los pibes que esperaban ansiosos y movedizos en las butacas. “Yo estoy orgulloso de la panadería del hogar, pero estaría más orgulloso si no tuviera que existir”, dice en la película Diego, uno de los profesores del hogar Pelota de Trapo. Con esas mismas palabras aludió Mato a su película. “La verdad que a esta altura lo que menos me interesa es la crítica –afirma– después de los quince días que conviví con los chicos en la marcha.”
El San Martín está inundado de pibes inquietos y vivaces con la pechera amarilla. Pero a medida que se van sentando en las butacas se callan y esperan ansiosos que se apaguen las luces. El Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo integra la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA). Víctor de Gennaro, su titular, está exultante en la sala, saluda a los chicos, abraza a los coordinadores y resalta la importancia del movimiento.
“Estos pibes son de General Rodríguez y La Fraternidad –abraza a un grupo de muchachos–, se juntaban en la esquina del barrio, estaban al pedo, como quien dice, y se juntaron primero para organizar una sociedad de fomento, se vincularon a la CTA y armaron un hogar para los chicos de la zona.”
Los muchachos se ríen, un tanto avergonzados por la presentación. Estela cuenta entonces que primero organizaron la sociedad de fomento y después tomaron una casa abandonada que llaman “La casita”, donde tienen el local de la CTA. Después alquilaron un departamento. “En la sociedad de fomento tenemos una escuela para adultos, un taller de costura y un consultorio de pediatría, hacemos talleres con los padres y ahora damos clases de quechua, porque la mayoría de los vecinos son de Santiago del Estero.” En el hogar dan apoyo escolar a los chicos y tienen una escuela de circo. “Nos incorporamos al movimiento al final del ‘98”, apunta Pepe, con una barbita rala de 23 años.
La mayoría de los chicos que están en la sala son de Pelota de Trapo y de Ruca Hueney, que quiere decir “casa de amigos” en mapuche. “Lo que más me gustó del viaje fueron las montañas de colores”, recuerda Aluminé, una nena de doce años que participó de la marcha del año pasado. “Y también una escuelita que había en Humahuaca, en Huquía, que tenía más de cien años.” Fravrizio, de 14, habla de las “novias” que hizo en el viaje. Los dos destacan que se hicieron muy amigos de los chicos de Pelota de Trapo, “a veces nos vemos con ellos y les escribimos”.
El Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo está integrado por más de 300 instituciones y sus coordinadores son el sacerdote Carlos Cajade y el sociólogo Alberto Morlachetti. “Detrás de cada chico de la calle -afirma Morlachetti– hay un padre sin trabajo, por eso fue natural para nosotros incorporarnos a una central de trabajadores como la CTA, porque de alguna manera nuestra lucha es por una sociedad donde todo el mundo tenga trabajo.” Por esa razón organizaron la marcha del año pasado y ahora convocan a la nueva marcha del 28 de octubre.
“La Convención de los Derechos del Niño –señalan– asegura a todos nuestros pibes el derecho a la vida. Es decir, familia, escuela, salud,vivienda y la ternura del pan. El no cumplimiento de estas leyes implica una violación esencial a nuestros derechos humanos consagrados en la Constitución. Por eso marchamos, para decir con todas nuestras humildes fuerzas que esas bellas palabras están lejos de nuestras vidas: siete de cada diez pibes viven en la pobreza. Porque ser niño pobre pone nombre a su destino: prostitución, droga, cárcel o ser asesinado en cualquier esquina de la pobreza.”