Lun 21.01.2008

EL PAíS  › CRISTINA KIRCHNER RECIBE MAÑANA A HUGO MOYANO

Por el primer round salarial

En la visita oficial de la CGT a la Presidenta se abrirá la discusión sobre los salarios, con la inflación como punto clave. Moyano busca amparo para enfrentar la oposición sindical.

Hugo Moyano volverá mañana por la tarde a la Casa Rosada en la primera visita “protocolar” de la CGT a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Aunque desde la Presidencia y la central sindical afirman que no habrá documentos ni quejas formales sobre la mesa, a nadie se le escapa que la “agenda abierta” tendrá como uno de sus ejes la idea de consensuar criterios comunes en materia salarial para las discusiones paritarias de este año. Jaqueado por el sindicalismo ortodoxo –que quiere desalojarlo de la conducción cegetista–, Moyano va en busca del paraguas kirchnerista que facilite su continuidad al frente de la CGT, pero tampoco quiso dar muestras de debilidad y tomó distancia de las mediciones oficiales sobre la inflación: dijo que no cree en el Indec y que guiará su reclamo salarial por “la inflación de los supermercados”. Pero, como moneda de cambio, intentará mostrar que su poderoso gremio de camioneros –como lo hizo el año pasado– le puede poner techo al resto de las demandas salariales.

Después de algunos cortocircuitos con CFK –el faltazo al acto de asunción de la Presidenta y la amenaza de “llenar la Plaza de Mayo” para defender su derechos–, el camionero se reunió con Néstor Kirchner y volvió a alinearse detrás del Gobierno. Ese mismo día de diciembre, el Gobierno criticó duramente una protesta del gremio de la construcción –que con decenas de cortes simultáneos casi paralizó el tránsito de Buenos Aires– y dejó desairado a Gerardo Martínez. El dirigente de la Uocra era uno de los nombres que más sonaba para suceder a Moyano al frente de la CGT: el camionero vivió los dos gestos como un fuerte espaldarazo.

Este sábado, desde Carlos Paz, donde inauguró un nuevo hotel de su sindicato, Moyano defendió la gestión de Néstor Kirchner, elogió sus condiciones de “liderazgo” y promovió la candidatura del ex presidente para comandar el PJ. Pero también desparramó buenos augurios para la administración de CFK. Afirmó que la Argentina está en un sendero “de crecimiento sostenido que va a seguir” y que permitirá que los trabajadores “vayan recuperando el nivel adquisitivo de su salario”. Moyano también consideró que, con Cristina Fernández en la Presidencia, “va a haber una profundización de este modelo de crecimiento, de mejora de las condiciones de todos los argentinos”, aunque –insistió– “aún falta porque hay sectores a los que no ha llegado el crecimiento”.

Sin embargo, pocos días antes, había afirmado que no cree en las mediciones oficiales sobre inflación, que el Gobierno defiende a rajatabla. “Nos vamos a guiar por la inflación del supermercado, del bolsillo de los trabajadores, por lo que se paga en la canasta alimenticia”, dijo en un entrevista. “La inflación del Indec es un piso, vamos a tratar de llegar a un techo”, concluyó el pope cegetista sin fijar límites a esa propuesta de máxima en su negociación salarial.

Hábil negociador, Moyano alterna una de cal y otra de arena en su relación con el Gobierno. Por ahora, ambos se necesitan. En el Gobierno saben que Moyano puede garantizar que las paritarias no salgan de cauce, con los camioneros como dique de contención. Y el líder sindical necesita del paraguas político oficial para afrontar la embestida del sindicalismo ortodoxo, que acompañó sin resistencia alguna la precarización laboral implementada durante la década menemista.

Pero el camionero no quiere una foto sólo con Cristina. Busca también mostrarse rodeado de una delegación sindical “representativa”, para confrontar fuerzas con quienes conspiran para eyectarlo del máximo sillón de la CGT. En eso trabajó Moyano todo el fin de semana. Quiere sumar a algunos “independientes” –que “gordos” y barrionuevistas intentan contar como aliados en su pelea contra Moyano– y como un gesto político incorporaría en su delegación a los municipales porteños, que con Amadeo Genta a la cabeza mantienen una abierta disputa con Mauricio Macri.

Moyano sabe que el miércoles, en Mar del Plata y convocados por el gastronómico Luis Barrionuevo, los tres sectores desplazados de la CGT analizarán su encuentro con CFK en la Rosada y coordinarán una estrategia común para desplazarlo. De la cumbre de Punta Mogotes participarían los barrionuevistas Vicente Mastrocola (plásticos), Carlos Acuña (estaciones de servicios) y Luis Campos (Carga y descargas); los “gordos” Armando Cavalieri (mercantiles), Carlos West Ocampo (Sanidad) y José Pedraza (Unión Ferroviaria), y los “independientes” Gerardo Martínez (Uocra), Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Fentos).

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