EL PAíS › LA ANSES CONTRIBUIRA AL SALVATAJE DEL SISTEMA DE SALUD
El aumento en los aportes, que monotributistas y empleados con sueldos altos realizarán a las obras sociales, fue acordado en la reunión de la CGT con la Presidenta. La Anses también aumentará la cápita.
› Por Miguel Jorquera
Para el gobierno nacional, el aumento en los aportes económicos que monotributistas y trabajadores con sueldos altos realizarán al sistema de obras sociales “busca un principio de igualdad” en el sistema de prestación de salud. Para los dirigentes sindicales, el incremento de los valores llevará algo de oxígeno financiero a las alicaídas obras sociales. Otro auxilio oficial a las obras sociales será el aumento de la cápita que reciben de la Anses por la atención de sus jubilados que no pertenecen al PAMI. La misma pasará de 62,40 pesos a 91,50 mensuales; mientras que el PAMI paga a sus prestadores de mediana complejidad apenas 54 pesos. Pero no todos estos recursos reforzarán las arcas de las obras sociales, ya que las gerenciadoras y el sistema de medicina prepaga se llevarán una buena porción de los incrementos.
Para la conducción cegetista, el encuentro con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner empezó a rendir frutos. El gobierno nacional decidió que, a partir de este mes, más de un millón de monotributistas pasarán a pagar 37 pesos de aporte para la obra social sindical por la que optaron, y por la que antes pagaban sólo 24,44 mensuales. También se elevará a 6750 pesos el tope salarial, por el cual unos 350 mil trabajadores en relación de dependencia aportan el 3 por ciento de su sueldo a la obra social, a la que antes tributaban el mismo porcentaje pero sólo hasta 4800 pesos de sus haberes.
El aumento de los aportes de 1,4 millón de trabajadores será una gran bocanada de oxígeno para las asfixiadas economías de las obras sociales sindicales. “Lo que buscamos es un principio de igualdad, de equilibrio, que ni siquiera corrigiéndolo como lo vamos a corregir se logra, pero hay una aproximación”, dijo el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, para justificar la medida, cuyos detalles todavía están bajo análisis del Ministerio de Economía.
Las obras sociales embolsarán, con el nuevo aporte que harán más de un millón de monotributistas, 12,5 millones de pesos mensuales. Para Fernández el aporte de estos trabajadores había quedado “desfasado”. Más difícil de estimar es el aumento con que a las obras sociales contribuirán unos 350 mil trabajadores en relación de dependencia que ganan entre 4800 y 6750, y que antes no aportaban –dentro de ese rango salarial– al sistema de salud sindical.
Para estos últimos, el incremento de su aporte a las obras sociales se verá compensado con una disminución en el impuesto a las Ganancias. Sin embargo, la mayoría de ellos destina ese dinero a empresas de salud prepaga. Donde a partir de la desregulación en el ’93 del sistema de obras sociales, un puñado de gerenciadoras tiene el control del traspaso de esos asalariados a las principales empresas de salud privada.
Un sistema cuestionado desde distintos sectores sindicales, pero avalado desde otros gremios que abrieron paso a las gerenciadoras y hasta entraron en el negocio del sistema de salud privado y las prepagas.
Otra inyección económica para las obras sociales será el aumento de la cápita –valor por cada uno de los afiliados– que reciben del Estado por los jubilados que no están incorporados al sistema de atención del PAMI. El PAMI tiene 4,2 millones de beneficiarios pero atiende directamente a 3,8 millones. Los otros 400 mil optaron –a partir de otro decreto del año ’95– por seguir atendiéndose por las obras sociales de sus respectivos gremios.
Hasta ahora recibían 62,40 pesos por cada jubilado y pasarán a cobrar 91,50 mensuales por cápita. Según el decreto del ’95, cada modificación será ratificada a través de una resolución conjunta de los ministerios de Salud, Trabajo y Economía. A partir de su publicación en el Boletín Oficial, el ente recaudador (Anses) destinará los nuevos montos a las obras sociales.
Entre los temas que deberán analizar el conjunto de los ministerios es que estas modificaciones no terminen por desfinanciar el sistema de atención que brinda el PAMI. Sin embargo, la nueva modificación también muestra la diferencia entre lo que perciben las obras sociales y los prestadores que dependen directamente de la obra social para jubilados y pensionados. A partir de un aumento del 27 por ciento firmado el 8 de enero, pero que será retroactivo a diciembre, el PAMI llevó la cápita para sus prestadores de mediana complejidad (atención ambulatoria e internación) de 43,50 a 54 pesos mensuales. Las obras sociales de los sindicatos recibirán casi el doble.
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