Después de las primeras horas, hoy se retomarán los rastrillajes en el canal de agua de Los Naranjos donde aparecieron restos de huesos humanos. La unidad de investigaciones fiscal (UFI) 3 de La Plata pidió ayer a la Procuración de la provincia la presencia de peritos judiciales de la Corte Suprema bonaerense para repetir la búsqueda, pero sin policías. A dos cuadras del lugar vivió, hace ya mucho tiempo, el estudiante de periodismo Miguel Bru, torturado por la policía de La Plata y desaparecido en 1993. Aunque aún es remota la posibilidad de que los restos óseos pueden ser suyos, la UFI 3 separó del operativo a la Policía Científica para “evitar suspicacias”.

“Voy a estar ahí porque quiero ver lo que hacen”, dijo Rosa Schonfeld, la madre de Miguel Bru y una de las primeras personas que se acercó el sábado a la noche al canal de Magdalena, donde un pescador se había encontrado un trozo de cráneo. Durante esa noche y el domingo, una multitud de fuerzas de seguridad recorrió la zona para levantar otros rastros. Entre el material encontraron restos de otro cráneo más joven, tres vértebras y costillas. También eslabones oxidados de una cadena gruesa, de menos de medio metro de largo, restos de una ametralladora UZI y un casquillo de bala calibre 38 intacto.

El médico forense que estuvo en la zona alejó las sospechas de que pudieran ser restos del testigo Julio López porque los huesos, dijo, eran “bastante viejos” y tendrían más de tres años. Lo que no se descartó es que puedan ser de Miguel Bru, entre otras muchas opciones. Pero su madre pone reparos: “Es más que común –dice– encontrarse un pedazo de cadena en el campo. Lo que para mí hubiese sido llamativo, en cambio, es que hubiese una cadena con una medallita. O, por ejemplo, yo creería que con esa cadena pudieron encadenar a alguien si no hubiese aparecido esto sino un esqueleto entero”.

Entre las opciones, la policía consideró que puedan ser restos de huesos descartados por los estudiantes de Medicina. Claro que eso no explica la presencia de las armas. Por eso aún nadie descarta nada. Para las 10 de la mañana, el fiscal Marcelo Martini dispuso las primeras pericias: hará un estudio sobre los huesos, pericias balísticas sobre los armamentos, un informe sobre la cadena y un ADN si es posible extraer una muestra. Martini es el mismo que intervino en la primera parte de la investigación por la desaparición de López. Ordenó suspender el operativo en la zona de Atalaya cuando los perros parecían haber encontrado un rastro. Tras las críticas que carga sobre sus espaldas, ahora parece no querer dejar nada de lado. Ayer corrió a la Policía Científica del operativo de hoy y seguirá personalmente las pericias. Según dijo, todo esto puede ser “nada”, pero como “el lugar es muy simbólico” prefiere “evitar suspicacias”.