EL PAíS › EL JEFE DE LA ARMADA DARA HOY EXPLICACIONES A DEFENSA
En medio de versiones sobre su posible reemplazo, Jorge Godoy tendrá que informar hoy a la ministra Nilda Garré sobre las vacaciones del represor Febres en una base naval.
› Por Nora Veiras
Los dieciocho almirantes con destino en el país estuvieron ayer reunidos con el jefe de la Armada, Jorge Godoy. El cónclave fue convocado de urgencia ante la reprimenda de la ministra de Defensa Nilda Garré al titular de la fuerza por tener a un represor y a “apologistas” de la dictadura entre sus asesores y, además, por haber permitido que el prefecto Héctor Febres, cuando estaba preso por delitos de lesa humanidad, pasara “vacaciones” en una base naval. Según trascendidos de esa reunión, la mayoría de los altos oficiales le habrían sugirdo a Godoy que diera un paso al costado para no dañar aún más “a la institución”. Aunque aun no está definido el tema, en el Edificio Libertad empezó la tómbola de nombres para la sucesión: el contraalmirante César Carlos Mouján es uno de los que aparece posicionado porque no provocaría un gran drenaje de altos oficiales. Hoy será un Día D para Godoy: tendrá que explicar cómo habilitó los privilegios al prefecto envenenado al cumplirse las 48 horas que le dio Garré para aportar “toda la información”.
Según pudo saber Página/12, el subjefe Benito Rótolo y el director general de Personal Naval, Enrique Salvador Olmedo, respaldaron la continuidad del jefe naval. Rótolo se desempeñó como secretario general naval durante la primera gestión de Godoy. Esa dependencia es la encargada de administrar los campos de la Marina entre los que figura el predio lindero a la Base Naval de Azul, donde se alojó Febres en el 2003, 2004 y 2005 para pasar sus vacaciones mientras estaba con prisión preventiva por su actuación como torturador en el centro clandestino que funcionó en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). En esa época, la Prefectura dependía de la Marina. En ámbitos castrenses recuerdan ese vínculo para explicar solidaridades actuales.
Ayer, el actual secretario general naval, contraalmirante Adalberto José Allover, estaba redactando el informe que hoy le entregará Godoy a la ministra. El argumento de los marinos sería que el juez federal Sergio Torres, que instruye la causa ESMA, estaba en conocimiento de los traslados de Febres por razones de salud. Hay que reconocer que los malestares del prefecto eran cíclicos: ocurrieron durante tres años consecutivos en los meses de enero y febrero. El verano es, como se sabe, la estación adecuada para usar la piscina de la casa de huéspedes del campo de Azul. La arboleda le daba, además, el marco propicio a los asados familiares del torturador.
El vicealmirante Olmedo es, para muchos, el hombre fuerte de la Armada. Goza de una excelente relación con el ministro de Planificación, Julio De Vido. Se conocieron cuando el arquitecto era ministro de Obras Públicas de Santa Cruz y el marino estuvo destinado en Río Gallegos. Ayer, en el cúmulo de denuncias que bombardean contra la cúpula de Godoy, los colaboradores de Olmedo se preocuparon porque se mencionaba a dos hijas del vicealmirante designadas en el Arma sin los concursos de rigor. Si Godoy da un paso al costado, Rótolo y Olmedo son dos candidatos a pasar a retiro porque según el reglamento orgánico de las Fuerzas Armadas, el primero es aviador naval y el segundo infante de marina mientras que el jefe de la fuerza tiene que ser un oficial de comando naval.
Mouján fue ascendido a la Dirección General de Material Naval a fines del año pasado tras el pase a retiro del vicealmirante Leprón, responsable directo de la adjudicación de las obras de traslado de la ESMA al campo de deportes de los suboficiales en Vicente López. Las irregularidades reveladas por Página/12, que motivaron un sumario interno en la Marina, como la contratación de la empresa San José a pesar de que carecía del certificado fiscal en regla como establece la legislación vigente, decidieron el desembarco de Mouján. El vicealmirante, ex combatiente de Malvinas y con estrechas relaciones con la senadora oficialista Marita Perceval, ayer era el nombre que más sonaba como posible sucesor de Godoy. El jefe de la Marina se mostró ante su plana mayor dispuesto a dar batalla. Con la estrategia de deslindar responsabilidades que hasta ahora le dio resultado, Godoy intentó justificar el asesoramiento del represor Roberto Pertusio en el Centro Estratégico de la Armada, que él preside, en su desconocimiento. Citó a los contraalmirantes retirados en servicio Carlos Luis Alfonso y Carlos Carbone, director académico y ejecutivo del Centro, para comunicarles su desplazamiento por el conchabo de Pertusio, con prisión domiciliaria desde el 2006 por su actuación en el centro clandestino que funcionó en la Base Naval de Mar del Plata. Garré le ordenó anteayer “el inmediato cese en sus funciones” de Pertusio y del contraalmirante Miguel Troitiño, “en razón de su reivindicación de las acciones propias del terrorismo de Estado” y del capitán Hugo Santillán, ex director del Liceo Naval pasado a retiro, porque en el desalojo del edificio se robaron literalmente hasta las canillas.
El posible relevo de Godoy alimentaba toda clase de especulaciones. Los que especulaban con la oportunidad de una renovación total ponían sus fichas en el contraalmirante Daniel Hiundryckx o en el contraalmirante Alvaro Martínez. Esa alternativa supondría el descabezamiento de más de una decena de almirantes. Hoy se sabrá si Godoy se mantiene a flote con capacidad para ordenar la tropa a pesar de la destemplada reprimenda oficial.
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