El peronismo comenzó su segundo operativo clamor. El primero no tiene mayores objeciones; reclama que Néstor Kirchner se convierta en presidente del PJ. El nuevo, reivindica la figura de Daniel Scioli y hasta imagina que, junto al patagónico, podría ocupar un lugar en la conducción nacional del justicialismo. “Scioli tiene toda la intención del mundo de acompañar a Kirchner como presidente del partido”, aseguró ayer el vicegobernador de Buenos Aires y dirigente de La Matanza, Alberto Balestrini. Simultáneamente, el jefe de Gabinete y referente del peronismo porteño, Alberto Fernández, dijo que Scioli “siempre está predispuesto a colaborar y sumarse a un proyecto integral”. La defensa de Scioli que ayer realizaron los dos hombres del kirchnerismo se produce luego de que algunos dirigentes de la provincia se quejaran por las declaraciones del gobernador en las que se presentaba como candidato a encabezar la lista de congresales del PJ bonaerense. En tanto, el diputado Francisco de Narváez, aliado de Mauricio Macri, se lanzó como posible candidato opositor.

Las voces críticas se quejaban de la autoproclamación. Con todo, en público, los peronistas eran renuentes a cuestionar la figura de Scioli. En privado, recurren a una práctica repetida: esmerilar la figura de quien se pretende condicionar. Scioli no es afiliado del peronismo bonaerense y ese será un obstáculo formal que las autoridades partidarias tendrán que salvar. “Scioli tiene una trayectoria en el justicialismo de la Capital, ha tenido una vasta representación y en la provincia de Buenos Aires es el gobernador que ha triunfado en las elecciones y en consecuencia creo que va a tener su participación”, recordó el apoderado Jorge Landau.

Scioli comenzó su carrera política ganando una interna partidaria en la Capital. Derrotó a Miguel Angel Toma que se postulaba como candidato a diputado nacional con el apoyo de Eduardo Duhalde. Scioli era el candidato de Carlos Menem. Aunque por esa fecha la estrella del menemismo y del peronismo ya había dejado de enamorar a los porteños, Scioli consiguió los votos necesarios para ser diputado.

La lista de congresales nacionales que aportará Buenos Aires es una discusión incipiente. En diálogo con este diario, Balestrini dijo que “los congresales nacionales serán proclamados por el congreso bonaerense”. Eso sucederá el 22 o el 29 de febrero. Los distintos referentes provinciales del justicialismo consultados por este diario coinciden en señalar que “por el momento, el lugar del Congreso está indeterminado”.

El tema aparece como algo menor, pero forma parte de una obsesión: lograr un congreso ordenado. Para ello los principales caudillos regionales del peronismo vienen trabajando a destajo en el armado de la futura lista de delegados nacionales. Confeccionar una lista de congresales que responda al poder comunal que triunfó en la última elección es uno de los puntos a resolver. Por caso, los actuales congresales nacionales por La Plata responden al ex intendente Julio Alak, derrotado en octubre. Algo similar ocurre en Lanús, Quilmes, La Matanza y Lomas de Zamora.

Sortear estos enfrentamientos que por el momento son de baja intensidad y consolidar un armado que garantice un congreso nacional ordenado es la principal preocupación de los influyentes del peronismo. Buenos Aires no es la única provincia en la que se venció el mandato de los congresales nacionales. La otra es Santa Fe. Allí la solución aparece más simple. Las autoridades partidarias llamarían a un congreso para prorrogar el mandato de los delegados.

Para que no queden dudas de las prioridades de los hombres del peronismo, Balestrini dice a Página/12 que “el único objetivo que tenemos es que Néstor Kirchner presida el justicialismo”. Eso sucederá luego de que se realice una elección interna en la que todas las provincias serán un distrito único. En los planes originales, esa elección se realizaría con los actuales padrones.

El kirchnerismo se revalidaría con la presencia de una lista opositora. En esa dirección, el diputado bonaerense Francisco de Narváez adelantó a la revista Debate que enfrentará a Kirchner en la interna partidaria. Condicionó su participación “al reordenamiento de los padrones” y otras medidas que “garanticen un equilibrio de fuerzas”. Aunque reclamó que “el Estado debe garantizar los recursos económicos” para que haya igualdad de condiciones, afirmó: “invertiré todo lo necesario”.