EL PAíS › PRIMEROS TESTIMONIOS EN EL JUICIO CONTRA BOTNIA
› Por Laura Vales
El juez federal Guillermo Quadrini comenzó a tomar declaración a los testigos en la causa por tentativa de contaminación contra Botnia. En el caso ya están citados a indagatoria –para fines de marzo– los directivos de la empresa. Antes, para terminar de reunir las pruebas, el juez llamó a los técnicos argentinos que trabajaron en la proyección de los efectos de la pastera.
El primer testigo fue Héctor Sejenovich. El economista especializado en asuntos ambientales declaró el lunes durante dos horas en el juzgado ubicado en Concepción del Uruguay. “Botnia es la pastera más grande en el mundo de las que desembocan en un río”, dijo ayer Sejenovich a Página/12. “Los finlandeses no tienen experiencia previa en el manejo de una planta de este tamaño y características, ya que las mayores fábricas de papel en Finlandia tienen la mitad de su capacidad de producción. De alguna manera estamos siendo en esto sus chanchitos de la India. Una muestra de las dificultades que tienen para manejar un monstruo de tal tamaño es que en poco más de dos meses tuvieron ya seis eventos (fallas o accidentes) de riesgo.”
Sejenovich coordinó el informe de la asamblea de Gualeguaychú sobre el impacto de Botnia en la zona y participó después del Grupo Técnico de Alto Nivel, un equipo de especialistas argentinos y uruguayos que intentaron llegar a un acuerdo para analizar los impactos de la pastera antes de su puesta en marcha. El experto explicó ante el magistrado que el principal riesgo de contaminación es la generación de dioxinas, elementos cancerígenos para cuya detección se necesitaría de equipamiento no disponible en la Argentina ni en el Uruguay. “La contaminación con dioxinas es acumulativa, porque no son biodegradables. Las dioxinas se posan en la flora de la que se alimenta la población. Una vez que se introducen en el organismo comienzan un proceso de degeneración de las células, provocando cáncer o alojándose en el hígado y causando también grandes problemas. El agravante es que al no tener equipamiento, no podemos hacer prevención.”
Sejenovich también señaló que la pastera ya está causando perjuicios económicos en la región, por ejemplo entre los productores de miel que han visto reducidas sus ventas. “Contra lo que señala la propaganda, con Botnia habrá menos y no más trabajo. La planta tiene 300 puestos, de los cuales apenas ocho son no calificados. En la región hay unas tres mil personas dedicadas al turismo, sector en el que va a haber una reducción fuerte.”
La causa judicial fue iniciada por la gobernación de Entre Ríos cuando Botnia se estaba instalando. La intención inicial era que la Justicia impidiera el tránsito por la Argentina de los camiones que llevaban insumos a Fray Bentos para construir la fábrica. La denuncia no había tenido mayores avances hasta que la Cámara de Apelaciones intervino en el caso y le indicó al juez que citara a declarar a los directivos de la compañía. Hoy está citado otro testigo, Elías Matta, ingeniero experto en plantas de celulosa que asesoró al Grupo Técnico de Alto Nivel.
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