Lun 09.09.2002

EL PAíS  › SOLA-CHICHE, UNA REUNION CON AROMA A FORMULA

Mucho más que una fotografía

Mañana podría quedar pactada –en términos si bien no formales al menos visuales– una tregua en el PJ bonaerense con el encuentro que mantendrán en La Plata el gobernador Felipe Solá y la primera dama, Hilde “Chiche” Duhalde. La excusa es el análisis de la puesta en marcha de la segunda etapa del Plan Vida, algo que bien podrían dejar en manos de los funcionarios específicamente a cargo del área social. En realidad, lo que está en juego es la amnistía que quiere firmar Eduardo Duhalde con Solá para evitar un cisma en su liderazgo de años en la provincia.
El viernes hubo un primer encuentro Solá-Chiche en la Rosada. Mañana habrá una remake pero rodeada de más expectativas, ya que hubo anuncio de por medio. “Es para terminar de coordinar los planes asistenciales”, explicaron en la gobernación como si alguien pudiera creer en un objetivo puramente administrativo del encuentro. No por nada se habla desde hace tiempo que Solá y Chiche podrían compartir la fórmula para la gobernación en las elecciones del año que viene, frutilla con la que el Presidente espera coronar su cambio de estrategia para la provincia.
El duhaldismo modificó su visión luego de que la esposa de Solá, Teresa González del Valle, hablara en el acto que hizo Adolfo Rodríguez Saá en el Luna Park. El Presidente tomó esa participación como una señal de hasta dónde estaba dispuesto a llegar el gobernador para responder a lo que consideraba operaciones del duhaldismo para boicotear su gestión y estropear su carrera política.
Duhalde, entonces, hizo varios gestos con el mismo objetivo: evitar la dispersión de su tropa. Una medida fue reunirse con Alberto Balestrini y Julio Alak, intendentes de La Matanza y La Plata, respectivamente, para sondear las posibilidades de un acercamiento a Rodríguez Saá, el candidato peronista mejor posicionado en las encuestas. Duhalde buscó apoyar al cordobés José Manuel de la Sota, pero ante la evidencia de su poca popularidad está dispuesto a cambiar de simpatías antes de que todo el PJ bonaerense tome esa decisión por las suyas. Lo otro que hizo fue arrimar posiciones con Solá, con quien se había distanciado.
Según las especulaciones que hacen en la Rosada, con estos movimientos Duhalde conseguiría congelar los acercamientos de dirigentes bonaerenses hacia Rodríguez Saá hasta lograr una posición unificada. Esa resolución se tomaría el 17 de octubre en un gran acto partidario que se realizará en Necochea. Los rumores indican que hasta el 21 de setiembre Duhalde le dará tiempo a De la Sota para apuntalar su candidatura.
Mientras, algunos hombres de su entorno siguen organizándole al cordobés actos por el conurbano, pero en un marco cada vez más austero, como se vio el sábado en Lomas de Zamora. Allí De la Sota encabezó su acto más modesto en la provincia desde que se lanzó, con la organización del presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, Osvaldo Mércuri.
De esta forma, si De la Sota no consigue algún vuelco inesperado, todo indicaría que el Día de la Lealtad el peronismo bonaerense se pasaría al bando que asoma ganador, apoyando a Rodríguez Saá en su pelea de fondo contra Carlos Menem. Duhalde lanzará ese día la corriente “17 de Octubre” con la que espera seguir mandando en el justicialismo de la provincia, aunque sea a costa de hacer lo que no quiere: no sólo deberá apoyar a un candidato presidencial que no es el suyo, sino que probablemente también deba bendecir a Solá para la gobernación, soldando su alianza al colocar a su esposa en la fórmula. Porque si bien es cierto que Duhalde firmó el Registro Excepcional que lo margina de las candidaturas para 2003, por algo no obligó a Chiche a seguir sus pasos.

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