Mar 10.09.2002

EL PAíS

“No tengo que despegarme si nunca estuve pegado”

Con esa frase, José Manuel de la Sota describió su relación con Eduardo Duhalde, quien tomó distancia del cordobés y tantea la posibilidad de acercarse a Adolfo Rodríguez Saá.

El progresivo distanciamiento del Gobierno de su otrora candidato predilecto, José Manuel de la Sota, derivó en una pelea política que, de a poco, comenzó a salir a la superficie. “No tengo que despegarme de alguien con quien nunca estuve pegado”, declaró ayer De la Sota cuando le preguntaron si había tomado distancia con el presidente Eduardo Duhalde. Algunas horas antes, el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, había asegurado que el Gobierno “no tiene ni tendrá candidato en estas elecciones”. La afirmación no es muy creíble. El duhaldismo, se sabe, ahora intenta un acercamiento con Adolfo Rodríguez Saá, puntero en las encuestas y nuevo destinatario de las esperanzas oficiales en su pulseada con Carlos Menem. Sería otra curiosidad de la interna del PJ: que quien empezó como oficialista termine como opositor y viceversa.
De la Sota arrancó la campaña dos meses atrás un poco como el candidato “muletto” del Gobierno luego de que Carlos Reutemann anunciara que daba un paso al costado. Duhalde consiguió que dirigentes bonaerenses le armaran al cordobés algunos actos con buena concurrencia por el Conurbano, cuestión de darle el empujoncito que le venía haciendo falta. Sin embargo, sucedió algo que los más escépticos habían anticipado: De la Sota apenas si subió algún que otro punto en los sondeos, pero sigue lejísimo de los otros candidatos. Es más, si se cuentan sólo a los peronistas, va cuarto: lo superan Rodríguez Saá, Menem y Néstor Kirchner.
Por eso, desde hace un par de semanas, Duhalde y los suyos están buscando alguna forma elegante de cambiar de vereda. De la Sota lo sabe y por eso ayer reaccionó. “Esta elección es una larga caminata entre medio de millones de personas que comen salteado y que no trabajan. Por eso, es necesario que, más allá de los apoyos de dirigentes que son todos muy valiosos, quien quiera ser presidente tiene que ganar la confianza de la gente”, sostuvo para relativizar la importancia de quienes puedan en el futuro apoyar su candidatura. De la Sota estuvo ayer en Neuquén en una visita de campaña y admitió que por ahora las encuestas lo colocan “abajo”.
Atanasof ayer utilizó su habitual conferencia de prensa mañanera para asegurar que la Rosada será “prescindente” en las internas del PJ. “Las declaraciones o acciones de carácter proselitista de los miembros del gabinete son absolutamente individuales y no comprometen en nada al Gobierno”, explicó, y agregó que el rol de Duhalde será el de mero “garante” del proceso electoral.
Pero la prescindencia de Duhalde es pour la gallerie, porque viene discutiendo su posición en las internas en todas sus últimas reuniones políticas. Por ejemplo, mantuvo esos intercambios la semana pasada con los intendentes de La Matanza, Alberto Balestrini, y de La Plata, Julio Alak, quienes están funcionando como operadores de Rodríguez Saá en la provincia. Por otro lado, la esposa de Duhalde, Chiche, se reunirá hoy con el gobernador Felipe Solá, en lo que muchos consideran un nuevo paso hacia la conformación de una fórmula conjunta para las elecciones bonaerenses. Duhalde quiere evitar perder su liderazgo dentro del PJ de la provincia.

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