“Me tiene sin cuidado. No me voy a hacer malasangre ahora, no tiene sentido”, fue la respuesta irónica del ministro de Justicia y Seguridad, Aníbal Fernández, cuando lo consultaron sobre la posibilidad de que miembros de la Policía Federal quisieran pasarse en masa a la nueva policía porteña con “mejores condiciones laborales y salariales”. Una afirmación que surgió del propio ministro de Seguridad de la ciudad, Guillermo Montenegro, antes de presentar su promocionado plan de seguridad y la creación de la Policía Metropolitana junto a Mauricio Macri.

El ex juez federal y ahora ministro macrista había afirmado que “miembros de otras fuerzas de seguridad pueden querer pasar” a la promovida Policía Metropolitana, para integrar una eventual institución “confiable” y no sólo “por los 2800 pesos netos previstos para un oficial recién recibido”. Montenegro planteó la hipotética “fuga policial” como una chicana para el gobierno nacional que le negó el traspaso de los efectivos de la Federal y los fondos que reclamaba Macri como bandera para poner en marcha su propia policía en la ciudad.

“Si eso sucede me ocuparé en el momento que suceda”, replicó Fernández. Luego el ministro afirmó que “no tengo por qué hacer prevenciones” y estimó que “hacerse mala sangre ahora” de una eventual situación, como la planteada por Montenegro, “no tiene sentido”.

Aunque el ministro de Justicia también utilizó los números para responderle a Montenegro y comparar su tarea con la que debe afrontar el ministro porteño: Fernández calculó que “a lo sumo”, de los 85 mil efectivos de las tres fuerzas de seguridad bajo su órbita, podrían querer pasarse “no más de mil”, ante el supuesta confirmación de que la futura policía porteña tenga salarios buenos y estímulos importantes.

“Me tiene sin cuidado, nosotros tenemos una tarea por delante con tres fuerzas y hay que ocuparse de ellos, yo no me ocupo de esto, que diga lo que crea que lleve adelante su tarea y ojalá le vaya bien”, concluyó Fernández para cerrar, por ahora, la polémica mediática con Montenegro y el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Una postura que Fernández mantuvo por el resto de una ajetreada jornada, en medio de distintos actos y reuniones oficiales. El ministro prefirió no volver a opinar sobre la nueva estructura macrista en seguridad “porque –afirmó– no conozco a fondo el proyecto, más allá de las versiones periodísticas”. Sin embargo volvió sobre sus pasos e insistió que “con la modificación a la ley Cafiero (que el kirchnerismo respaldó en el Congreso) la ciudad tiene sus atribuciones” en materia de seguridad.

Desde el gobierno nacional no surgió ayer ninguna otra opinión sobre el anuncio macrista de crear la policía porteña. Dejaron que fueran los propios legisladores kirchneristas de la ciudad quienes cuestionaran el Plan de Seguridad de Macri.