EL PAíS • SUBNOTA › LA RELACIóN DE LA CASA ROSADA CON LOS GOBERNADORES LUEGO DE DIPUTADOS
En la Casa Rosada analizaron el desempeño de la tropa de cada gobernador en la Cámara baja. Hubo decepciones y algunas gratas sorpresas. También hablaron sobre algunos diputados que sienten que se pararon en la vereda de enfrente.
› Por Daniel Miguez
El largo conflicto con las cámaras agropecuarias le abrió al Gobierno algunas grietas en el frente interno del PJ y al parecer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el jefe del partido, Néstor Kirchner, creen que algunas se pueden y se deben sellar mientras que otras quedarán fragmentadas hasta que seguramente terminen conformando la mampostería de lo que en la Casa Rosada ya denominan “el viejo peronismo”.
En la primera fila del repaso que hacen en la Casa Rosada después de la votación del sábado pasado por las retenciones móviles en la Cámara de Diputados están los gobernadores. En el análisis les llamó la atención que algunos que parecerían más alejados de los Kirchner terminaron abroquelados con el oficialismo y otros, que se jugaron en momentos claves del conflicto con los ruralistas, en esta ocasión no tuvieron la fortaleza o simplemente no pudieron disciplinar a sus diputados.
En el primer grupo sobresalió claramente el chubutense Mario Das Neves, que venía dando claras muestras de querer hacer su propio juego separándose gradualmente de Kirchner, quizá pensando en las elecciones de 2011. Pero el sábado sus diputados votaron sin chistar junto al bloque oficialista.
En cambio, a Kirchner se le frunció el ceño cuando vio que el salteño Juan Manuel Urtubey, uno de sus niños mimados, no tuvo a toda su tropa alineada, como lo demostró el voto de la diputada Zulema Daher con la oposición. Algo similar observó en el pampeano Oscar Jorge, aunque en su caso acepta como atenuantes que la situación del peronismo en La Pampa es particularmente dispersa, ya que algunos responden a Jorge, pero otros a ex gobernadores como Carlos Verna o Rubén Marín. E incluso la diputada Irma Adriana García, que votó en contra (como Manuel Baladrón), reportaba directamente a algunas oficinas de la Casa Rosada, según admiten en el Gobierno. La otra pampeana, Marta Osorio, se abstuvo.
En una situación parecida a la de Jorge ubican al entrerriano Sergio Urribarri, quien hizo lo que pudo teniendo en cuenta la fortaleza que aún parece tener en la provincia su rival, el ex gobernador Jorge Busti. De hecho, su esposa Cristina Cremer de Busti, María Petit y Gustavo Zavallo votaron contra el proyecto de la Presidenta.
Si bien la historia política muestra que se puede volver de casi todo, es muy difícil, hoy por hoy, imaginar una reconciliación con el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti. Durante todo el conflicto con los empresarios del campo enfrentó la postura del Gobierno y actuó en consecuencia en la sesión del sábado y hasta, según aseguran en la Casa Rosada, logró llevar para su lado a diputados que habían entrado en la lista de candidatos por pedido del Gobierno, como el caso de Arturo Heredia.
Más complejo les resulta el análisis y las decisiones futuras respecto del peronismo santafesino, que no gobierna la provincia pero que tiene hombres fuertes, como el senador Carlos Reutemann, el ex gobernador Jorge Obeid y el ascendente Agustín Rossi, que llevó gran parte del peso de las negociaciones en la Cámara de Diputados, en su rol de presidente del bloque kirchnerista. En el caso de Reutemann, quien durante el conflicto se solidarizó con los productores agropecuarios –sector del que forma parte– pero el sábado ordenó a sus diputados votar a favor del proyecto del oficialismo. Y el propio Obeid, que también había apoyado a los empresarios del campo –pese a lo cual fue agredido por ruralistas– finalmente votó junto al kirchnerismo.
Cuando Kirchner armó con tiempo y frialdad la conducción del PJ buscó incluir a casi todos. Allí están no sólo Reutemann y Busti, sino también dos dirigentes que fueron figuras del menemismo como Schiaretti y el ex gobernador salteño Juan Carlos Romero, junto a muchos dirigentes que como la diputada Graciela Camaño fueron muy cercanos a Eduardo Duhalde. De los nombres resonantes del peronismo los únicos excluidos fueron Carlos Menem y los hermanos Rodríguez Saá.
El sábado, Graciela Camaño fue una de los pocos diputados del Frente para la Victoria de la provincia de Buenos Aires que votó contra el proyecto del Gobierno y lo mismo hizo su esposo, Luis Barrionuevo, legislador por Catamarca. Los otros dos bonaerenses del FPV no alineados fueron el ex intendente de Almirante Brown Jorge Villaverde y el ex gobernador Felipe Solá. Quizás ellos cuatro hayan pasado al otro lado de la línea divisoria que la Casa Rosada podría marcar a partir de esa votación.
Sin dudas, el mayor encono en la cúpula del Gobierno está centrado en Solá, a quien Carlos Kunkel, como alter ego de muchos kirchneristas y quizá del propio Kirchner, llamó “traidor” y algunas cosas más. No es la primera vez que le endilgan tamaño calificativo a Solá en su carrera política. Basta recordar las cosas que le dijeron desde el PJ bonaerense cuando se cortó sólo luego que Duhalde lo hubiera catapultado a la gobernación y más tarde cuando directamente hizo alianza con Kirchner en contra de Duhalde.
Sin embargo, hay varias figuras del Gobierno que no atribuyen la deserción de Solá a una vocación por la deslealtad. Algunos sostienen que Solá quedó herido y a la espera de una ocasión propicia para la revancha cuando Kirchner no lo avaló para que buscara la reelección como gobernador bonaerense, luego de la costosa experiencia de Carlos Rovira en Misiones. Diferenciándose de esa interpretación, un ministro que lo conoce bien conjeturó ante Páginai12: “Lo que pasa con Felipe es que tiene un ego importante. El pensaba que podía ser el presidente de la Cámara de Diputados y no soporta que lo traten como a un diputado más. Entonces busca la forma de hacerse notar”.
Para terminar de definir el mapa de quienes quedarán afuera del oficialismo habrá que aguardar a la votación en el Senado, pero allí, según el Gobierno, el cuadro es menos traumático que en Diputados, ya que aseguran que cuentan con unos 40 votos. De los senadores con origen justicialista, además de Menem, Rodríguez Saá (más su coequiper puntana Liliana Negre de Alonso), Ramón Saadi y Chiche Duhalde, también votarán contra el proyecto oficial el productor aceitero Roberto Urquía y posiblemente el salteño Romero. Otro que puede no alinearse es Reutemann, quien presentará un proyecto alternativo. Pero, como se dijo, al santafesino le valoran haber aportado a su gente en Diputados.
“Hubiese preferido, incluso en el caso de Felipe Solá, que (los oficialistas) se abstuvieran y no votaran contra el proyecto oficial para no aparecer en la misma fotografía con la oposición”, se quejó el titular del bloque Frente para la Victoria de Diputados, Agustín Rossi, en una conferencia de prensa. Rossi acusó al ex gobernador bonaerense de haber quedado “en el medio de una operación que era de la oposición”. Añadió que si “dice que pertenece al proyecto del oficialismo, los diputados que estaban con él tenían una alternativa distinta que votar por el ‘no’ para marcar la diferencia”. A su vez, negó que estas circunstancias hayan provocado una “fragmentación” del bloque. Por su lado, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, dijo estar decepcionado con “el voto” de los diputados K que le retiraron el apoyo al Ejecutivo. Terminaron avalando –dijo– el proyecto opositor de eliminar las retenciones, que “tenía un solo sentido, que era el de lastimar al Gobierno”. “Es bastante incomprensible cómo ha votado gente de la bancada nuestra”, comentó.
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