El diputado y presidente de la Comisión de Agricultura, Alberto Cantero, quien defendió el proyecto oficial de retenciones durante su tratamiento en la Cámara baja, responsabilizó ayer a la Sociedad Rural por pintadas intimidatorias que aparecieron en la fachada de su casa en la ciudad cordobesa de Río Cuarto. En declaraciones a una radio local, Cantero consideró que quienes promovieron el ataque quieren “coartar” su derecho a decidir libremente y anticipó que recurrirá a la Justicia. El ministro del Interior, Florencio Randazzo, expresó que “estos actos merecen el más profundo rechazo de quienes queremos vivir en una Argentina pacífica y democrática. Nos causa un profundo dolor que se mantenga este tipo de hechos antidemocráticos”.

El bloque de diputados nacionales del Frente para la Victoria repudió el ataque y lo mismo hizo el ARI de Río Cuarto al afirmar que “estos hechos de intolerancia son inadmisibles en la democracia; las diferencias políticas deben resolverse a través del voto ciudadano y las manifestaciones pacíficas, sin violencia”. Los escraches se han vuelto una práctica recurrente de parte de los ruralistas. El primero en sufrirlo fue el gobernador del Chaco, Jorge Capitanich, a quienes un grupo de empresarios del campo le tiró huevos apenas empezó el conflicto por su postura a favor de las retenciones. Presiones similares sufrieron el jefe de la bancada kirchnerista, Agustín Rossi, el senador provincial y ex secretario de Hacienda de Néstor Kirchner, Carlos Mosse, y los intendentes de Trenque Lauquen, Bragado, Capitán Sarmiento, Gualeguaychú, entre otros.