La quinta de Olivos fue nuevamente escenario de la polarización social que generó el debate por las retenciones. Los primeros en llegar a la Avenida Del Libertador fueron unos cuarenta militantes de Barrios de Pie y Libres del Sur. Los kirchneristas se ubicaron sobre la puerta de la quinta presidencial, comenzaron a agitar banderas y a cantar consignas a favor de las retenciones. Un par de horas después llegaron al lugar unos doscientos caceroleros de la zona norte. Se instalaron en las dos esquinas de la residencia, sobre las calles Villate y Malaver. Nada pasó de la guerra de cantitos.