EL PAíS • SUBNOTA › LOS ACUERDOS SECTORIALES SE ANUNCIARíAN EL 8 DE SEPTIEMBRE EN SAN PABLO
Empresarios brasileños y argentinos se reunieron ayer por la tarde en Cancillería para avanzar en acuerdos comerciales que permitan revitalizar la alianza bilateral, luego de los problemas surgidos en la Ronda de Doha.
El contexto no era el más propicio, luego de la posición que tuvo Brasil en la última Ronda de Doha. Sin embargo, industriales de ese país se reunieron ayer con sus pares argentinos para intentar profundizar la integración comercial. No sólo fue inédito que una comitiva de más de 300 empresarios brasileños viniera a la Argentina para negociar con sus pares locales, sino que fue el primer encuentro después de que el gobierno de Lula da Silva tomara posición del lado de los países industrializados y en desmedro de la postura del Mercosur. Los sectores que participaron de la ronda de negocios abarcaron casi todo el espectro productivo, pero los que se llevaron mejores resultados fueron aquellos, precisamente, que más interesan a la mayor economía de América latina. Con miras al próximo encuentro que se llevará a cabo en San Pablo, el 8 de septiembre próximo, las ramas con negocios a punto de cerrar son la naval y de biocombustible. Hubo avances importantes también en textil, calzado y siderurgia.
Había mucha expectativa en el empresariado argentino. La votación y las posteriores declaraciones del canciller brasileño Celso Amorim, justificando la posición, pusieron en duda el resultado de las negociaciones. El sector industrial argentino manifestó su respaldo en más de una oportunidad a la posición proteccionista que adoptó ese gobierno. El titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Juan Carlos Lascurain, le recordó ayer a Lula una frase de su propio cuño: “Sólo puede haber un Mercosur con una Argentina industrializada”.
“El balance es muy positivo. Hace tiempo que nos venimos reuniendo con la contraparte brasileña, pero lo hacemos por primera vez después de Doha, en la que ambas plantearon posiciones distintas”, dijo a PáginaI12 el vicepresidente la UIA, José Ignacio de Mendiguren. El empresario textil destacó la importancia de que el encuentro haya tenido tanta representación brasileña. Para los empresarios argentinos fue una ratificación de la “integración del Mercosur”. “Que no sólo vean a la Argentina como un mercado”, agregó De Mendiguren. De todos modos, para los brasileños fue una manera de suavizar los ánimos de un socio comercial que no les conviene perder.
Las reuniones se desarrollaron en el Palacio San Martín. En poco más de tres horas, una docena de salones cobijaron a los distintos sectores que, a pesar del frío, tuvieron un diálogo cálido y ameno, según relataron los propios participantes. A la hora de hablar de complementación, se destacan la industria siderúrgica, plástica, del calzado y la textil. “De todos modos, los sectores con más grado de acuerdo y con mayores posibilidades de pactar un trabajo conjunto van a ser el naval y el de biocombustibles”, informó a este diario un fuente de la Secretaría de Industria.
Por el primero sector se trabajó sobre un acuerdo de complementariedad alcanzado previamente entre el sindicato argentino y brasileño de esa actividad. En el país, hasta el momento se ve una fuerte reactivación en la producción de barcazas (sin motor) para el traslado de granos y petróleo, pero existe una gran deficiencia en la disponibilidad de unidades de tracción. El titular de la federación naval argentina, Juan Antonio Torresín, había informado que la reunión de ayer iba a servir para refrendar el acuerdo. De todos modos, se esperará al próximo 8 de septiembre para el anuncio en tierra paulista, ya que es uno de los sectores elegidos por Lula para incrementar el producto bruto de su país.
El tema de los biocombustibles es algo más delicado desde la posición del gobierno argentino: está en medio de dos fuegos, casualmente disparados por los dos países cuyos mandatarios visitaron ayer la Argentina. Mientras Lula da Silva incrementa su producción de biodiésel y bioetanol, el presidente venezolano Hugo Chávez culpa a esa actividad del incremento en el precio mundial de los alimentos. En la Argentina, la firma Aceitera General Deheza abrió el año pasado su primera planta de biodiésel, en sociedad con Bunge, en tanto la Cámara de Azucareros cuenta con un proyecto sobre etanol.
“Lo importante es que se creó una rutina de negociaciones”, insistió De Mendiguren. La industria del calzado, históricamente enfrentada con Brasil, asegura ahora haber alzado un “buen grado de asociatividad”. Es que el “fantasma” hoy es China. “Brasil está en igualdad de condiciones que nosotros frente al ataque de China”, dijo a PáginaI12 el titular de la cámara del calzado, Alberto Sellaro. El empresario informó que se acordó trabajar de cara a la reunión de San Pablo. La automotriz no resolvió nada nuevo más allá de los acuerdos bilaterales que rigen para los próximos seis años.
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