El ministro del Interior, Florencio Randazzo, asumió la tarea de intentar llevar tranquilidad luego de una semana negra en los mercados financieros. Negó que exista “desconfianza” de los inversores en la economía. “No hay ningún dato que dé sustento a eso”, afirmó, ocupando un lugar que naturalmente correspondería al ministro de Economía o algún funcionario de esa cartera. “Hay una puja circunstancial y no creo que eso se pueda sostener en el tiempo, porque la economía argentina está muy fuerte y no hay ningún elemento de los que tradicionalmente generaron inconvenientes”, indicó Randazzo. “Tenemos un superávit fiscal para este año de 3,5 por ciento del PIB. También tenemos superávit comercial, que será otra vez muy importante, y estamos en un proceso de desendeudamiento”, explicó. Sin embargo, en la city se evaluó que la colocación de un bono a una tasa de interés sideral del 15 por ciento fue un gesto de debilidad del Gobierno. “Si no les hiciera falta la plata para cubrir las necesidades financieras, jamás hubieran aceptado pagar esa tasa de interés”, señalaron a este diario desde un banco líder. El jefe de Interior se refirió a ese punto: “Seguramente que hubiéramos querido pagar mucho menos” en concepto de intereses, concedió. “Fue una venta de bonos al gobierno venezolano por 1000 millones de dólares para financiar el desaguisado generado por gobiernos anteriores”, sostuvo el ministro, al aludir a la gestión de Fernando de la Rúa y a las consecuencias del corralito. Agregó que esa venta a Venezuela sirvió “para el rescate de los Boden 2012” que recibieron ahorristas que habían quedados atrapados en el corralito.