Dom 17.08.2008

EL PAíS • SUBNOTA

Mortalidad infantil, hospitales y obras sociales

–Usted dijo que se incrementó la mortalidad infantil. ¿En qué porcentaje?

–Reflejé los datos que los propios ministros provinciales exponían sobre la realidad en el 2007. Cuando uno toma que aumentó la mortalidad en la provincia de Buenos Aires, en Córdoba y Santa Fe, obviamente eso tiene un fuerte impacto porque representa el 70 por ciento de la población. Vamos a tener las cifras recién en octubre y como todos los años se hace, se difundirán. Lo que más nos importa es cumplir con el mandato de la Presidenta de que nos ocupemos de bajar la mortalidad. En mi gestión estamos llevando adelante un programa de operaciones para niños con cardiopatías congénitas que seguramente va a permitir mejorar el indicador general y a su vez estamos haciendo un seguimiento, especialmente de la provincia de Buenos Aires, semanal con el ministro de Salud.

–¿Cuáles son las causas del incremento de la mortalidad?

–El año pasado fue un invierno sumamente crudo, las enfermedades respiratorias son las patologías más habituales. Este año hubo un incremento de camas de terapia infantil. Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires se han abierto unas cincuenta camas en lugares estratégicos como el conurbano sur, el norte, el Hospital de Niños de Matanza. Hemos autorizado subsidios para que a nivel municipal se pudiera contratar profesionales en la zona. Hicimos una fuerte inversión en el Hospital Posadas, que depende del ministerio, para poder ampliar la capacidad de atención tanto en insumos como en recursos humanos. Que se haya cortado la mejora que se venía produciendo prácticamente desde el 2003 en adelante en las tasas de mortalidad no implica que sea irreversible sino que hay que trabajar para revertirlo.

–¿Qué va a pasar con la construcción de hospitales y salas de atención primaria que se habían anunciado como destino del aumento de la recaudación de la aplicación de las retenciones móviles, finalmente rechazadas por el Congreso?

–Esas camas se necesitan. La Presidenta tomó una decisión muy importante y muy poco valorada: reasignar las partidas destinadas para la compra de un helicóptero y el arreglo de la flota presidencial y dedicarlo a hacer dos hospitales en La Matanza. En ese partido se vive una situación muy dura porque si uno suma las camas públicas y las privadas hay 0,4 cama cada mil matanceros, que es una proporción bajísima. La Organización Mundial de la Salud establece una relación que debe ser del 6,3. Estamos muy lejos de eso y parte de la mortalidad infantil tiene que ver con eso, porque muchas veces se necesita retener al chiquito en el hospital para que vuelva a su casa en mejores condiciones. Para un chiquito de clase media que vuelve a su casa, calefaccionada, con buena alimentación, afrontar una enfermedad respiratoria es una cosa; ahora, sin esas condiciones la salud puede empeorar. Es muy importante la decisión de poder dotar a La Matanza de unas trescientas camas.

–Y el resto de los hospitales y las 300 salas de atención primaria...

–Es una inversión de casi 5 mil millones de pesos la construcción de los hospitales y de las salas. Que parte de los ingresos de las retenciones móviles fueran a esto nos permitía en un corto plazo poder revertir rápidamente la situación. Hay que hacerlo. La Presidenta tiene la decisión, estamos trabajando en alternativas de financiamiento porque se necesita no sólo esta inversión sino poner en valor lo que hay. Se requieren unos 500 millones de pesos para reparar lo que hay. Habrá que construir estos hospitales no ya en dos años o en tres sino en el mediano plazo.

Subsidios en la mira

–¿Por qué se modificó la asignación de subsidios a las obras sociales?

–Nosotros estamos trabajando en una mejora, en la posibilidad de que las obras sociales puedan comprar medicamentos de alto costo, como oncológicos o para hemofílicos, en conjunto, a mejores valores. En general lo que analizamos es que en la seguridad social los costos son superiores a los que paga el Pami por estas compras. Creemos que la posibilidad para tener un mayor poder de compra y fijación de precios es interesante. Hemos trabajado también en cambiar algunos circuitos en el manejo de expedientes que antes se autorizaban por adelantado y ahora se harán por reintegros. Esto permite un control más exhaustivo.

–¿Cuánto se destina a subsidios de obras sociales?

–Alguno debe estar molestándose porque están diciendo que investigo... La verdad es que lo que quiero es mejorar. Se destinan alrededor de 700 millones a subsidios y después hay distintos programas de promoción, de prevención para temas como diabetes, hipertensión. Nos parece que estos programas tengan un protocolo único de atención y control para tener un registro único y esto nos permite hacer programas, comparar mejor. Integrar a la seguridad social, a las obras sociales, al Pami y al resto de la salud, si no no hablamos de la salud para todos los argentinos.

–¿Qué cantidad de gente no tiene cobertura?

–El 40 por ciento, en promedio, en el país.

–Con respecto al régimen y los costos de las prepagas hay un proyecto de ley que no termina nunca de tratarse...

–Está ahora en la Comisión de Salud para tener dictamen. Creo que es un muy buen proyecto, que trabajaron en su momento las entonces diputadas Graciela Rosso y Patricia Vaca Narvaja. Hay otras iniciativas que pueden contemplarse. El tema es que se establezcan reglas, incluso para las propias prepagas, si no terminamos judicializando la salud de los argentinos, terminan los jueces fijando normas que tendrían que estar por ley: así, todo el que tiene una prepaga sabe cuáles son sus derechos y obligaciones.

–¿Qué impacto va a tener la ley de obesidad en el sistema de salud?

–Va a tener un impacto. Creo que tenemos que trabajar en conjunto en promover hábitos de vida saludables. El problema de la obesidad, el de la hipertensión, de la diabetes, son las epidemias de este siglo, nadie va a poder soportar el costo si la mayor parte de la población se ve afectada. Tampoco creo que la ley sea de imposible cumplimiento. Nosotros vamos a llamar a todas las partes para reglamentar la ley y trabajarla en detalle. En realidad, muchas obras sociales ya están cubriendo gran parte de los tratamientos.

–¿Van a enviar un proyecto de Ley Nacional de Salud?

–Estamos empezando a trabajar, pero queremos que esto surja de una discusión con la sociedad.

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