EL PAíS • SUBNOTA › IDENTIFICAN COMUNICACIONES DE FORZA CON LA BANDA DE MEXICANOS
Una de las víctimas del triple crimen tenía comunicaciones por celular con Marcelo Tarcia, detenido en el operativo contra una banda de narcos mexicanos en una quinta de Ingeniero Maschwitz. Anoche allanaron otra droguería.
› Por Raúl Kollmann
La investigación oficial del triple crimen, que está en manos de la fiscal Ana María Yacobuzzi, determinó que existen comunicaciones telefónicas y distintos vínculos entre Sebastián Forza y el argentino Marcelo Tarcia, detenido, junto a nueve mexicanos, en el laboratorio clandestino de Ingeniero Maschwitz, un mes y medio atrás. Este sería el primer vínculo claro, categórico, entre los asesinatos y la quinta donde fabricaban drogas sintéticas. La hipótesis que se trabaja judicialmente en la última semana –adelantada en exclusiva por este diario el jueves pasado– es que los tres hombres fusilados (Forza, Ferrón y Bina) habrían rebajado con sal la efedrina que les proveían a los mexicanos y éstos se vengaron matando a los tres. Sin embargo, con el correr de los días están circulando otras hipótesis. La primera es que los jóvenes empresarios dieron los datos para que detengan a los mexicanos de Maschwitz. La otra es que hubo una disputa entre los proveedores argentinos de efedrina a los mexicanos. Esa sería la razón por la que varios jugadores del mundo del alcaloide, relacionados con Forza-Ferrón-Bina, no fueron llamados todavía a declarar. Es que tal vez no se los quiere escuchar como testigos, sino como imputados. Anoche, la policía allanó otro laboratorio, Alergo Pharma, en Jean Jaurès 321.
El juez federal Federico Faggionatto Márquez confirmó ayer que en un celular de Tarcia figuraba agendado un teléfono a nombre de Sebastián F. Lo mismo ocurría en otro celular, pero del jefe de los mexicanos, Jesús Martínez Espinoza. La sospecha es que el número correspondería a Forza. Sin embargo, el magistrado no pudo confirmar todavía ese dato porque los celulares no son argentinos, sino mexicanos, norteamericanos y canadienses, o sea que las llamadas se cursan a través de las empresas de los países del Norte.
Las sospechas de las relaciones entre el trío asesinado y los mexicanos terminaron siendo confirmadas por quienes trabajan en la causa del homicidio bajo las órdenes de la fiscal Yacobuzzi. Por ahora hay secreto de sumario y la funcionaria judicial no suelta prenda. Sin embargo, fuentes de la investigación le dijeron ayer a PáginaI12 que en la causa que instruye Yacobuzzi está probado el vínculo. Y no sólo con Forza sino con los tres empresarios. “Todos estaban en una operación con los mexicanos. No es cierto que hubo un error o que alguno estuvo en el lugar equivocado y lo mataron por casualidad. Los tres participaron de la operación que terminó con sus vidas”, sintetizó una alta fuente de la pesquisa.
Respecto de la operatoria del asesinato hay dos cosas que están claras:
- A los tres los convocaron a una falsa reunión, casi seguro en General Rodríguez, el jueves 7 por la tarde. Es decir que no hubo un secuestro en la calle ni fueron encañonados por nadie en forma pública. Al llegar al falso encuentro, los maniataron con precintos plásticos.
- A Forza-Ferrón-Bina los mataron en el descampado de General Rodríguez, en el lugar donde fueron descubiertos sus cuerpos. Eso lo prueban los numerosos proyectiles encontrados en el lugar, algunos de ellos enterrados, porque el ángulo de disparo de arriba hacia abajo hizo que se clavaran en la tierra. Además, el lugar estaba lleno de sangre y la autopsia determinó que las heridas eran vitales, o sea que estaban con vida al llegar allí.
Hay varios personajes misteriosos en la historia del triple crimen. Uno de ellos declaró ayer, José Luis Salerno, un ex policía, titular de la empresa farmacéutica en la que Ferrón tenía una pequeña participación. Salerno fue convocado como testigo, lo que indica que, al menos por ahora, no está sospechado. En su declaración habría dicho que no envió a Ferrón a ninguna reunión y que no sabe en qué andaba su joven socio.
El otro protagonista extraño del caso es Mario Martín López Magallanes. Aparecería en un entramado de empresas, relacionado con Forza, e importadoras o compradoras de efedrina. López Magallanes intentó presentarse en la causa por el suicidio de Ariel Vilan, de quien también fue socio. Por ahora, Yacobuzzi no lo llamó a declarar, lo que significa que lo está estudiando. Varias fuentes de la investigación afirman que estaba también muy relacionado con los mexicanos de Maschwitz.
Por último, en la escena aparece otro hombre clave de la historia: Iber Pérez Corradi, defendido por el ex imputado en el caso AMIA Juan José Ribelli. Los familiares de los tres asesinados insisten en que Pérez Corradi tuvo relación con lo ocurrido en Maschwitz y General Rodríguez. Es más, afirman que Forza se metió en el medio de la relación con los mexicanos, les proveyó efedrina desplazando a Pérez Corradi y luego se produjo un durísimo conflicto entre ellos. Pérez Corradi tampoco fue convocado a declarar como testigo. Se ve que, al igual que López Magallanes, Yacobuzzi lo está estudiando.
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