EL PAíS • SUBNOTA › SILVIA VáZQUEZ, LA RADICAL QUE FUNDó EL PARTIDO DE LA CONCERTACIóN
La diputada pasó a ocupar el lugar que dejó vacante el vicepresidente al frente de los radicales K. Critica a Cobos por “oportunista”. Pero también al gobernador de Río Negro, Miguel Saiz, por no haber participado de la fundación del nuevo partido.
› Por Sebastian Abrevaya
Por esas vueltas de la política, hace unas semanas la diputada Silvia Vázquez se encontró con que debía ocupar el lugar político que supo tener el vicepresidente Julio Cobos hasta su voto “no positivo”. De la mano del intendente de Vicente López, Enrique “Japonés” García, Vázquez pasó a ser la cabeza del radicalismo concertador y una de las fundadoras del Partido de la Concertación, junto al subsecretario general de la Presidencia Gustavo López y el director nacional electoral Alejandro Tulio. En diálogo con Páginai12, la diputada consideró que Cobos no votó “de buena fe” y fue un “gran oportunista”. Además, criticó al gobernador de Río Negro, Miguel Saiz, quien supuestamente iba a encabezar ese espacio y se mostró como una aguerrida defensora del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
–¿Por qué crear el Partido de la Concertación ahora que el radicalismo está reabriendo sus puertas a los expulsados?
–Argentina se encamina a tener dos grandes expresiones políticas, una que represente el pensamiento de centroizquierda o socialdemócrata y otra a las tendencias neoliberales de los noventa. Estos dos grandes espacios se nutren de partidos políticos como el socialismo, el peronismo y el radicalismo. Pensamos que desde el comienzo de la Concertación había una necesidad de organización que llegado el momento permitiera expresarse electoralmente. Cobos decidió rumbear otra vez para casa y nosotros no compartimos eso, porque ninguna de las cuestiones que nos llevaron a alejarnos de la UCR se modificaron en este tiempo.
–Pero el partido se va a abrir...
–¿A quién, a Cobos?
–Se habla de la posibilidad de que levanten las sanciones y realicen elecciones el año que viene.
–La pregunta es siempre la misma, con qué padrones, con qué reglas de juego. Pero yo no hablo de elecciones internas, hablo de que faltan acuerdos políticos. La UCR, si hubiera sido la del ’83, sin lugar a dudas tendría que haber estado en la Concertación como partido. Veo al radicalismo cristalizado, excluyente, sin poder cumplir el rol de articulación que cumplió cuando se identificó con los movimientos nacionales y populares en el ’83.
–¿Por qué dos gobernadores radicales como Miguel Saiz de Río Negro y Gerardo Zamora de Santiago del Estero siguen apoyando al Gobierno, pero no están dentro del Partido de la Concertación?
–Son dos situaciones diferentes. Zamora es un gobernador que desde el primer momento dijo que tenía que concentrar su energía en su provincia, pero que acompaña todo lo que hacemos. Tiene un desafío electoral antes de fin de año, pero además su provincia es una de las más pobres de la Argentina. Por eso lo entendemos y lo acompañamos. El caso de Saiz es diferente. Hace mucho que no hablo con él, lo he llamado y le he dejado mensajes porque pensaba que debería estar liderando este espacio. Pero no he tenido respuesta. Yo pensaba concentrarme en Diputados y que él como gobernador pudiera ocuparse de esto. No estaba en mis planes tomar el rol que tomé, estar al frente de esto, pero ante esa situación había que decidirse y avanzar, tampoco se podía dejar a todo el mundo colgado, sin ninguna contención, cuando claramente nos decían: “Cobos nos sacó de la UCR y ahora nos quiere sacar del Gobierno”.
–De la Concertación ya se había ido el gobernador catamarqueño Eduardo Brizuela del Moral, lo siguió el gobernador correntino Arturo Colombi, que ahora se va con Cobos. Zamora se dedica a su provincia y Saiz “no contesta”, entonces, ¿qué quedó de la Concertación?
–Es injusto pensar que la Concertación la conformaron sólo los gobernadores. La verdad es que la conformó primero el electorado cuando la eligió a Cristina Kirchner como presidenta. Los gobernadores estaban junto con los intendentes y legisladores, pero también hay muchísimos dirigentes que no siendo gobernadores integran este espacio.
–¿Qué opinión tiene del voto de Cobos y de su actitud posterior?
–Me pareció inconsistente. Tenía su primera expresión en la frase “no positivo”. Fue el voto que no es. El vice tiene un claro rol institucional: representa el Ejecutivo en el Senado. Ya se ha dicho hasta el cansancio pero habrá que seguir repitiéndolo, no es un senador más. Lo más insólito es que ni siquiera le haya avisado el sentido de su voto a la Presidenta. Fue una conducta imprevisible, lo que es muy negativo para las instituciones. Falta que el tiempo vaya colocando las cosas en su lugar y se vea la exacta dimensión. Nunca creí que hubiera actuado de buena fe. Mucha gente cree que lo fue pero pienso que fue de un gran oportunismo. No es que se silenció después y dijo “bueno, hice mi aporte a lo que creí que debió ser mi conducta pero después continúo con mi labor como vicepresidente”. Lo siguiente fue hacer una campaña, un derrotero por los pueblos de la provincia que parecía armado por la Mesa de Enlace.
–¿Debe renunciar?
–No, debería cambiar de actitud. Aún no pierdo las esperanzas de que en algún momento se dé cuenta de que su compromiso con el espacio político pero fundamentalmente con el pueblo argentino ha sido otro. Con un modelo de inclusión social y no de apoyo a la concentración económica.
–¿Qué opina de los cuestionados índices de inflación del Indec y de Guillermo Moreno?
–Hay un enorme cinismo porque los dirigentes políticos de todos los partidos sabemos que (Roberto) Lavagna siendo ministro emitió bonos cuyo ajuste se hace por el índice de inflación. Entonces está claro qué es lo que pasa con los índices y el Indec como cuestión de fondo. A Moreno se lo puede juzgar, en términos de comercio interior, de política de precios, pero no por el Indec. Hay que salir de esta situación, que es una trampa realmente muy pesada. Espero que la recompra de esos bonos por parte del Estado nos permita salir del problema que tenemos con el Indec.
–¿Entonces qué pasa con la inflación?
–La inflación, que es la preocupación de todos, no es una cuestión que podamos resolver desde lo interno. Estamos recibiendo una situación inflacionaria en el contexto internacional que responde a causas ajenas a la Argentina. A eso se le suman las expectativas inflacionarias que en la Argentina son muy importantes por el componente psicológico. Primero hay que resolver la cuestión de fondo, que son estos bonos. Eso va a dejar liberada la cuestión del Indec y por supuesto hay que tener políticas activas respecto del combate de la inflación. Pero no es posible tener una economía no inflacionaria donde hay un contexto inflacionario en Occidente. La clave es determinar la cadena de precios en la Argentina, y Moreno ya empezó a trabajar en eso.
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