EL PAíS • SUBNOTA
El represor Luciano Benjamín Menéndez se presentó ayer ante el juez federal subrogante de Tucumán Daniel Bejas para declarar en tres causas que lo tienen como imputado: el asesinato de los dirigentes docentes tucumanos Francisco y Arturo Arancibia (ambos eran hermanos) y las desapariciones de Liliana Aguirre y José Oliva. Menéndez desconoció la autoridad judicial federal y luego se abstuvo de declarar. Además de estar condenado dos veces con cadena perpetua, Menéndez ahora tendrá que desalojar su celda en el ex Arsenal Miguel de Azcuénaga por orden de la ministra de Defensa Nilda Garré, que resolvió que las unidades militares no sean cárceles de represores. Esa resolución aún no fue ejecutada por la Justicia tucumana. Luego de la lectura de los fundamentos de la condena por la desaparición de Guillermo Vargas Aignasse, Menéndez deberá volver a Córdoba. Se prevé que en este viaje sea escoltado por el Servicio Penitenciario Federal.
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