Hace poco más de 12 años el oficialismo de aquel entonces, cuando Carlos Menem era presidente y Eduardo Duhalde su vice, vivía en relación a la Corte una situación similar a la que hoy atraviesa el gobierno nacional. En ese entonces, para el PJ la preocupación también era conseguir quórum, pero a diferencia de ahora lo que querían era incrementar de cinco a nueve los ministros del alto tribunal. Lo consiguió a través de una oscura maniobra como la de hacer sentar en las bancas a los tristemente célebres diputruchos. Todo ocurrió en la madrugada del 4 de abril de 1990. Se podría decir que ese día se consiguió el respaldo jurídico al modelo económico de exclusión y saqueo que lideró el menemismo. Hoy la oposición pretende corregir ese hecho con el inicio del juicio político a los supremos y, como en aquel inicio de década, el PJ se empecina en defender.
Como ahora, aquel año el PJ contaba con 120 legisladores y, también como en la actualidad, con el acompañamiento de los diputados liberales y de algunos partidos provinciales. El jefe de la bancada era José Luis Manzano, quien debía aprobar la iniciativa oficialista si es que quería seguir conduciendo la bancada y mantener su buena relación con Menem. El radicalismo era conducido por el mítico César Jaroslavsky que, si bien durante el gobierno de Raúl Alfonsín había comandado una iniciativa similar, en esta oportunidad estaba en contra.
Para favorecer la sesión, Manzano pergeñó una sencilla maniobra distraccionista con la que mantuvo a los radicales ocupados en otra cosa al prometerles la presencia de Domingo Cavallo para que diera explicación por un acuerdo firmado con Europa.
Mientras ello ocurría, Alberto Pierri, por entonces presidente del cuerpo y hombre de confianza de Duhalde, junto a Manzano se desesperaban por conseguir el quórum. Fue entonces que el mendocino tomó la decisión de conseguirlo a cualquier precio y para ello recurrió a su vocero, Héctor Stupenengo, Carlos Janeiro y el ex diputado Mario Gurioli. A estos tres les ordenó sentarse en las bancas. El ex legislador ocupó la primera del lado izquierdo que poco tiempo después ocuparía Juan Abraham Kenan, que pasó a la posteridad como uno de los diputruchos que favorecieron la privatización de Gas del Estado.
Los pocos radicales que acompañaban a Jaroslavsky vieron movimientos extraños y el entrerriano envió a uno de sus colaboradores a investigar. Pero éste fue violentamente convencido de que no era conveniente acercarse. Pierri colaboró para esa maniobra colocando empleados de la Cámara en el pasillo al costado de esas bancas ocupados por falsos legisladores para entorpecer la visión.
Eran las 4.30 cuando el entonces hombre fuerte de La Matanza llamó a votar sin siquiera permitirle –con el visto bueno de Manzano– al presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Jorge Yoma, que expresara la conveniencia de aumentar el número de cortesanos. A Pierri y al PJ le insumió 41 segundos aprobarla, el tiempo que necesitó para poner a consideración el proyecto y anunciar su aprobación. Poco después, el Senado aprobó los pliegos de Mariano Cavagna Martínez, Ricardo Levene (h), Rodolfo Barra y el amigo y ex socio de Menem, Julio Nazareno. Este es el único sobreviviente de aquella Corte. Hoy al PJ le está costando un poco más defender a los supremos que le dieron el sustento jurídico al modelo económico vigente.