El fiscal entregó otro dictamen tratando de develar cuál fue la carrocería usada en la camioneta que estalló en la AMIA. Nisman admite que hay cuatro carrocerías sospechosas. Como se sabe, entre los escombros se encontró un motor, cuyo número coincidía con una camioneta de la empresa Messin SA. Ese vehículo, que se había incendiado, terminó en manos de Carlos Telleldín y él usó el motor para armar una Trafic trucha. El misterio es de dónde salió la carrocería. Nisman señala cuatro vehículos. Uno estaba a nombre de Vicente Mascaro, fallecido. Su hijo declaró que la camioneta fue robada en diciembre de 1993. La segunda Trafic posible fue la de Carlos Micozzi, empleado de un negocio de repuestos Renault. Fue robado cerca de la cancha de Temperley. Citado a declarar, Micozzi respondió con evasivas. La tercera Trafic estaba a nombre de Juan Carlos Delmas, dedicado a transportes de turistas. Se la robaron en San Telmo. Por último, la camioneta de Jorge Ravera estaba radicada en Córdoba y allí fue robada. Las cuatro Trafic tienen las características de la usada en el atentado. Pero Nisman afirma que más allá de eso no pudo avanzar.