“La sentencia, en diversos tramos, reproduce argumentos defensistas de Grassi tendientes a su exculpación, efectuando un desguace deliberado de la prueba de cargo.” Juan Pablo Gallego, abogado del Comité de Seguimiento de la Convención por los Derechos del Niño, le dijo a Página/12 que “a excepción de los hechos que victimizan a ‘Gabriel’, que están razonablemente bien valorados y que permiten concluir que Grassi es pedófilo, en otros aspectos es insostenible y claramente parcial” el fallo que condenó al cura. Según Gallego, por esas razones “los jueces lo condenaron como abusador sexual y corruptor de menores, pero graciosamente le permiten seguir en libertad y poder ingresar a la Fundación, que fue la escena del crimen”.

El abogado agregó que fue “en ese marco que se produjo (el jueves pasado) la exposición mediática del juez (Luis María) Andueza”, quien hizo declaraciones públicas diciendo que no le “remuerde la conciencia” haber dejado en libertad a Grassi y que, como juez, le preocupa más que el condenado pueda escaparse y no que “toquetee a un chico”, como le preguntó una periodista. “Este es el lado oculto del caso Grassi, con jueces que exteriorizan una profunda despreocupación por las víctimas, las ya comprobadas y las potenciales que están alojadas hoy en la Fundación” Felices los Niños. “Esto es lo que ocurre cuando a Grassi los jueces le permiten su reingreso triunfal a la sede de la Fundación, luego de su condena por pederasta.”

“Pero más grave aún resulta la exposición mediática de Andueza, quien afirma no inmutarse por la segura reincidencia del depredador, al que se le extiende un permiso para abusar.”