EL PAíS • SUBNOTA › CAMINATAS Y MICROACTOS
› Por Werner Pertot
Vuelven las 24 horas PRO. Si bien el protagonista de la serie 24, Jack Bauer, no podrá asistir, Gabriela Michetti y Francisco de Narváez tendrán un cierre conjunto: un maratón de recorridas de un lado y del otro de la General Paz, que repetirá las “24 horas de acciones” con las que el jefe de gobierno, Mauricio Macri, concluyó su campaña exitosa en 2007. El resto será mantener el perfil de los spots –hoy estará el último de “Mauricio y Gabriela”– destinados a los indecisos, contestar la menor cantidad de preguntas incómodas y esperar al domingo, que los encontrará en un bunker común en el complejo Costa Salguero. “La campaña va a terminar igual que la de hace un año y medio. Con propuestas, con la gente, sin dar discursos ni subirse a escenarios, sin bombos ni esas cosas. Va a ser un final muy PRO”, comentó a Página/12 el asesor ecuatoriano Jaime Durán Barba.
La última semana de Michetti ya está planeada hasta el último minuto. Hoy visitará una fábrica, mañana presentará el proyecto del bus híbrido (un colectivo con dos vagones que hará un recorrido lineal por avenidas como Juan B. Justo) y el miércoles tiene preparada una actividad con jubilados. Los macristas lanzarán esta semana un nuevo spot con Michetti y Macri, en lo que en el marketing político se conoce como “pedido de voto”. El mensaje no se alejará de lo que viene siendo la campaña: llamarán a no votar más a los Kirchner y tendrán varios guiños a los problemas cotidianos de los porteños.
La última semana de De Narváez también consistirá en evitar los errores y las exposiciones prolongadas para mantener su caudal de votos. “Caminatas y cosas light”, lo resumen en su entorno. El candidato de Unión-PRO probablemente visitará el distrito más chico de toda la provincia, Tordillo, donde está General Conesa, con menos de 2 mil habitantes. Su segundo en la lista, Felipe Solá, es muy posible que haya tenido su última foto con el empresario en el cierre de campaña pro-campo que tuvieron juntos el sábado a la par del titular de las 62 Organizaciones Peronistas, Gerónimo “Momo” Venegas, del ex presidente de la Sociedad Rural, Luciano Miguens, y Claudia Rucci, hija del asesinado líder de la CGT, José Ignacio Rucci. Allí hicieron un acto tradicional de cara al “voto campo”, con escenario y payadores incluidos. Desde ayer, la idea es que nada de lo que se diga tenga aspecto de política.
El último tramo de la campaña publicitaria seguirá tratando de “humanizar” a De Narváez. Con ese objetivo, ayer difundió una foto (ver aparte) del Día del Padre en la que aparece jugando en un columpio con algunos de sus cinco hijos y con su mujer embarazada. En plan de seguir apuntando al votante “indeciso y desideologizado”, De Narváez también mandó a repartir en las radios un CD con “el disco de Francisco”, el reggaetón que bailó junto con su imitador en el “Gran Cuñado” de Marcelo Tinelli. El empresario-candidato está explotando al máximo su participación en ese programa. A la par, sus múltiples publicistas –entre los que se encuentra Ramiro Agulla– le recomendaron bajar la cantidad de spots en televisión en la última semana para que no haya un efecto de saturación. Sí insistirán, en cambio, con el reparto de boletas “contra el fraude” en cada actividad. “No entres al cuarto oscuro sin tu boleta”, advierte en letras catástrofe una de las múltiples páginas web del candidato. “Todo va a estar centrado en las boletas. Ese va a ser el eje de la última semana”, explicó a este diario un dirigente de Unión-PRO.
Para De Narváez también serán el eje de las últimas 24 horas antes de la veda, que remedan las que hizo Macri cuando consiguió alzarse con el 60 por ciento de los votos porteños. Se hará un microacto o una caminata por hora. Algunos con Michetti y De Narváez juntos; otros, no. Esa opción reemplazó la del clásico acto masivo, para el cual De Narváez tenía reservado el Luna Park. “Si hacían un acto en el Luna, se podían olvidar de nosotros”, decían en el comando macrista sobre el cierre de campaña, que fue motivo de discusión en la mesa chica de Unión-PRO. Finalmente, por recomendación de Durán Barba, se resolvió que no habrá ningún cierre formal.
Las 24 horas serán más intensas en provincia que en Capital. Para Michetti –a quien las encuestas dan cómoda en el primer lugar– será, en realidad, de la mañana del jueves a la tarde. Empezará con un desayuno y cerrará probablemente con una actividad en Once, en Plaza Miserere. La de provincia continuará durante toda la noche con repartos de boletas y concluirá con otro desayuno a las 7 del viernes, una hora antes de que empiece la veda. El jefe de gobierno no asistiría a ninguna de las actividades de cierre. “Va a ser todo para Francisco y Gabriela. Mauricio sí va a estar el domingo para festejar las dos victorias”, se entusiasmaban en PRO.
El domingo, los dos empresarios se pusieron de acuerdo para tener un bunker común donde esperar el resultado. Primero habían pensado en un lugar cerca del complejo Che Tango, en La Boca, donde Macri esperó su victoria. Pero luego se decidieron por el complejo Costa Salguero, que no les brindará un ambiente menos PRO. Antes del cóctel del domingo, antes de la veda que pondrá final a los spots de “¿Me ayudás?”, de “No los votemos más”, el final estará a medida de los consultores y los publicistas que tanto se esmeraron en esta campaña: será desideologizado, sin un cierre formal, ni actos, ni multitudes, ni bombos, ni atril que separe a los candidatos del resto. La posmodernidad al palo.
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