En pocos días estaremos conmemorando un nuevo aniversario del atentado terrorista contra la AMIA. Gripe A mediante, es probable que por primera vez no se convoque a una concentración callejera para honrar la memoria de las víctimas. Sin embargo, las autoridades de la ciudad de Buenos Aires han resuelto recordarlo con la designación del comisario Jorge Palacios como jefe de la flamante Policía Metropolitana.

La foja de servicios de Palacios ostenta, entre otros galardones, la sospecha acerca de su responsabilidad en el encubrimiento de la investigación del atentado contra la AMIA, el mayor ataque terrorista sufrido por nuestro país.

Es cierto, sospecha no es certeza, y uno de los valores más destacados de cualquier sociedad moderna es que los individuos son inocentes hasta que se demuestre lo contrario.

Pero sucede que Palacios estuvo vinculado con el período más cuestionado de la investigación del atentado terrorista. Aquel que el Tribunal Oral Federal que tuvo a su cargo el juicio oral del atentado calificó como “armado al servicio de intereses inescrupulosos” y que la Corte Suprema de Justicia, en su reciente pronunciamiento, calificó como “carente de objetividad”, fortaleciendo las bases para la revisión que se está llevando adelante actualmente, la “investigación de la investigación”, para llamarla de alguna manera.

Así, la decisión del gobierno de la ciudad de Buenos Aires va a contramano de las conclusiones de la Justicia argentina.

El nombramiento de Palacios no es sólo una afrenta a la memoria de las víctimas, es también un reflejo de cómo la creación de una fuerza policial porteña nace viciada. En definitiva, quienes integren ese cuerpo recibirán como primer mensaje que aquella persona sobre quien pese una sospecha de estar involucrada en un delito grave puede aspirar a la máxima conducción de la misma.

Los porteños sabemos que la nuestra es una ciudad de contrastes. Lo que nunca imaginamos fue que en nuestra Buenos Aires querida convivirían un Espacio de la Memoria y un Palacio(s) de la impunidad.

* Director para América Latina-Centro Simon Wiesenthal.