Dom 06.09.2009

EL PAíS • SUBNOTA

Marcelo y Francisco

› Por Horacio Verbitsky

El publicista Marcelo Longobardi informó a la oficina recaudadora de impuestos que en 2002 y 2003 contrajo deudas en el exterior por 300 mil dólares en condiciones llamativas: sin garantías y con un interés del 6 por ciento. Esos montos eran casi la mitad de los activos declarados por Longobardi y se originaron en Panamá, un paraíso fiscal que según la ley vigente desde 2003 implica una presunción de incremento patrimonial no justificado. Para explicarlo, Longobardi presentó documentos sin firma ni membrete. El dinero fue transferido por medio del Citibank de Nueva York hacia cuentas de ahorro numeradas o con nombre de fantasía en la sociedad uruguaya de bolsa MBA, y desde allí a otra cuenta numerada en el banco MBA de la Argentina. El animador utilizó esos fondos para comprar y vender acciones y luego los transfirió a la Argentina para cancelar deudas con varios bancos y con el fisco por períodos anteriores. LA AFIP debió extraer con tirabuzón los datos sobre esos extraños préstamos obtenidos en Panamá. Longobardi presentó dos contratos con Forcham Investment. En su texto no se identifica al firmante, ni se aclara su firma. Ante un nuevo requerimiento, respondió que se habían firmado en Liechstenstein, sin su presencia, y que la sociedad no tenía domicilio en la Argentina. Recién cuando le preguntaron por la misteriosa empresa acreedora y la documentación que le pidió para evaluar su capacidad de pago Longobardi respondió que desde hace muchos años era amigo de Francisco De Narváez, a quien recurrió ante sus dificultades financieras y que lo apoyó basado sólo en ese conocimiento personal. De Narváez admitió que él era el único accionista de Forcham Investments, que el préstamo se basó en su conocimiento de Longobardi, sin avales ni garantías, y sin que nadie viajara al exterior. En el rubro créditos del balance de Forcham Investments sólo figura uno por 300 mil dólares y otra línea dice “interest on loan (payable 2005)” por 51.304 dólares. El total del rubro créditos sólo incluye estas anotaciones, con un total de 351.304 dólares. Como al vencimiento no pudo cancelar su deuda con De Narváez, Longobardi dijo que la renegoció, capitalizando los intereses con esta curiosa empresa de un solo accionista que realiza un solo préstamo. De Narváez fue denunciado por operaciones sospechosas de lavado de dinero de origen ilícito ante la UIF argentina (por la AFIP) y ante el órgano equivalente del Tesoro de los Estados Unidos, el FINCEN, por el Citibank y el JP Morgan. El FINCEN analiza dos transferencias por casi 30 millones de dólares realizadas “para beneficio final”, entre otros de Gustavo Andrés Deutsch y De Narváez. Deutsch era socio de De Narváez en Casa Tía e integró con él el directorio de LAPA. En su declaración indagatoria a raíz del accidente de 1999, De Narváez explicó que sólo asesoraba “en cuestiones de estrategia de la compañía y de la estructura de financiamiento”, por lo que el juez federal Sergio Torres lo sobreseyó, dado que sólo era un “director de sillón”, con tareas de asesoramiento financiero. Hace muy poco una de las principales figuras de la oposición se reunió en forma secreta con una de las principales figuras del gobierno y le comunicó su preocupación por el origen del dinero de su asociado De Narváez.

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