La hipótesis que manejan en el juzgado sobre el espionaje ilegal es la siguiente:

- Ciro James es quien impulsa las escuchas a Burstein y Avila. Su relación con Palacios parece clara. En sus orígenes, en la Superintendencia de Investigaciones de Policía Federal, en la que Palacios era su jefe. Ahora, a través de la gestión para que entre a la Policía Metropolitana.

- De las épocas de Investigaciones y la Unidad Antiterrorista, ambas conducidas por Palacios, establecieron relaciones con los misioneros, a quien James pide la intervención de los celulares de Burstein y Avila.

- Los diálogos de Burstein le interesaban a Palacios porque el integrante de Familiares se opuso rotundamente a su designación en la Metropolitana y porque eran semanas en las que se definía su procesamiento por encubrimiento en la causa AMIA. Además, Burstein tenía diálogo con el fiscal Alberto Nisman.

- Las conversaciones de Avila interesaban porque se produjeron en el momento de la crisis entre la AFA y la ex empresa de Avila, Torneos y Competencias, del grupo Clarín. Avila actuó en ese momento como hombre de consulta de los principales funcionarios de la Casa Rosada.

- Los dos policías misioneros arreglan con los jueces, primero Gallardo, luego Rey, que ordenen las intervenciones telefónicas.

- La prueba de que James era una de las puntas del espionaje es que los jueces misioneros le hicieron una autorización para que retire las cintas con las escuchas de la SIDE.

- También está claro que el contenido de las escuchas nunca les interesó a los jueces misioneros, al punto de que no está asentado el ingreso de las cintas en el expediente. Además, Rey admitió que ni las había escuchado.