EL PAíS • SUBNOTA › FALLO A FAVOR DEL DELEGADO JAVIER HERMOSILLA
› Por Adriana Meyer
“Han levantado la suspensión, lo que demuestra que las acusaciones de la empresa eran totalmente falsas. Esto significa que no hay ninguna restricción para volver a mi tarea”, dijo Javier Hermosilla en la puerta de los tribunales de San Isidro, sin ocultar su satisfacción. Es que ayer el tribunal de Trabajo 3 revocó en forma definitiva la medida cautelar en contra de este integrante de la comisión interna de Kraft Foods. Fue en el juicio que la empresa le había iniciado para quitarle los fueros sindicales (exclusión de la tutela sindical), y en el que lo habían acusado de ser “peligroso” para “la vida y los bienes de la empresa”.
Hermosilla era el único integrante de la comisión interna que no podía ingresar en la planta, pero el martes los jueces lo habilitaron a entrar por tres días y ayer transformaron esa decisión en permanente, luego de escuchar el informe de catorce inspectores de los ministerios de Trabajo provincial y nacional que declararon a su favor. Para el delegado, la decisión judicial demuestra que “los argumentos de la empresa son insostenibles” y “nuestro mandato sigue siendo todos los compañeros adentro” de la planta. Afuera de los tribunales de San Isidro manifestantes de agrupaciones estudiantiles y de partidos de izquierda lo esperaron para celebrar, pero enseguida partieron todos, junto a los abogados del Ceprodh (Centro de Profesionales por los Derechos Humanos), hacia Trabajo para participar de la sexta reunión de partes.
José Montes y Christian Castillo, del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), afirmaron que la resolución “tira abajo toda la campaña de demonización de la empresa y de (Rodolfo) Daer, y fortalece la lucha por la reincorporación de todos los despedidos y suspendidos”. Para los dirigentes, “los despidos fueron un intento de desarticular la organización de los trabajadores, y este ataque también incluyó una discriminación por motivos ideológicos a una parte de los delegados”.
En diálogo con Página/12, Hermosilla relató que el día que regresó a la fábrica, luego de tres semanas de suspensión, lo recibió una escribana, el jefe del sector Cookies y el jefe de personal. Volvió a su tarea en uno de los dieciséis hornos de galletitas, y estuvo controlado por inspectores casi todo el tiempo. “El ministerio constató que me dieran tareas acordes a mi categoría, y los inspectores que no soy peligroso, que no altero la normalidad, y me reencontré con la gente que estaba feliz de verme, hablé con ellos en las líneas, pero de hacer una asamblea nada porque estaba bajo control”, relató.
El reingreso definitivo de Hermosilla fue resuelto por los jueces Sara Nasiff, Gustavo Canabal y Vera Peralta, que ponderaron el exhaustivo trabajo de los funcionarios de las carteras laborales. En diversos horarios durante tres días, determinaron que Hermosilla estaba “trabajando con normalidad en el sector habitual en donde presta servicio” y que “los directivos de la planta manifestaron la normalidad del desenvolvimiento de las tareas” del trabajador. A su vez dejaron constancia de que Hermosilla les manifestó “no haber sido presionado por la empresa”, y que los compañeros del delegado expresaron que “no habían sido presionados por éste”. También explicaron que el cofre de Hermosilla “tenía un precinto de clausura con una leyenda ‘por orden judicial’”, por lo que “se le suministraron elementos de trabajo (ropa) para que realice sus funciones laborales habituales”. Una inspectora dejó constancia de que “representantes de la empresa manifestaron la inexistencia de dificultades con el desempeño del trabajador”.
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