EL PAíS • SUBNOTA
› Por Mario Wainfeld
La oposición critica que se tocan “los fondos de los jubilados”. Los que hace meses votaron para que esos recursos siguieran siendo manejados (timbeados) por los tránsfugas brokers de las AFJP carecen de legitimidad para ese reclamo, indignado como es de rigor.
Además, el razonamiento no es riguroso, las jubilaciones se subvienen con un haz de recursos fiscales, ya que los aportes directos no bastan. Muchos de esos impuestos podrán recaudar más en lo inmediato, explican en la Rosada y zonas de influencia, a través del formidable incentivo keynesiano que es poner dinero fresco en el circuito económico.
La solución temporaria se aviene a la emergencia y a la solidez de la “caja” estadual pero deberá ser complementada o suplida en el mediano plazo. Desechar, como hizo el propio Boudou, tributos a las transacciones financieras o bursátiles para ese futuro inevitable es, por la parte baja, una inconsecuencia y un error. Las cifras potenciales de recaudación estimadas por el ministro son consideradas irrisorias por tributaristas más avezados y de formación más progresista.
La vara de medida para esos impuestos, que existen en casi todos los países capitalistas avanzados y en los vecinos, no puede ser si captura diez mil millones al año. El montante podrá ser menor pero algo sumará y reparará una injusta discriminación a favor de los sectores financieros. Prima el afán de congratularse con ellos, de cara a la reconciliación light con el Fondo Monetario Internacional, a la reapertura del canje de deuda y de las tratativas con el Club de París. Ese afán, opinable cuanto menos, se prolonga en exceso otorgando un “bill” de indemnidad para timberos o inversores. El cronista se permite parafrasear al sociólogo Emilio Tenti Fanfani, quien explica que, cuando se otorgan pequeños beneficios a muchas personas, se habla de “clientelismo” y se expande la sospecha de que se busca amarrar su voto, al fin y al cabo la máxima expresión de la vida democrática. Pero cuando los beneficiarios son pocos y por cantidades grandes se omite la alusión al clientelismo, se prodigan alabanzas. Y, agrega este escriba, sin ir por sus votos (muy contados) sino por su apoyo fáctico extrademocrático cuando no antidemocrático.
El discurso presidencial remarcó que el instrumento elegido no colma todas las necesidades de los trabajadores y de la economía. Para ser coherente con ese sensato criterio, hay que asumir que su financiamiento coyuntural no dispensa la regresividad del sistema impositivo ni sus abundantes privilegios. Ni tampoco asegura la robustez fiscal eterna. Nada convalida prorrogar una injusticia de larga data.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux