Norberto Oyarbide, el juez federal a cargo de la causa del espionaje, reforzó su seguridad y blindó su auto “hasta en las gomas” tras haber recibido e-mails amenazantes. El magistrado se refirió a un correo electrónico “donde me piden que me cuide”. La decisión de tomar “recaudos”, precisó, no está sólo ligada a la investigación sobre el espionaje sino a que tiene varias causas de impacto: la mafia de los medicamentos, el caso Skanska y la de supuesto enriquecimiento ilícito de los Kirchner. En alusión al espionaje, dijo que su juzgado avanza en medidas para esclarecer si fueron pinchados los teléfonos de la sede de la AMIA, dado que hubo una serie de llamados preparatorios, o de prueba, desde el teléfono de Ciro James a la entidad, precedidos y sucedidos por comunicaciones con Jorge “Fino” Palacios. Se determinó que la central telefónica del edificio no presenta rastros de pinchadura. Ahora, con intervención de la SIDE, se está analiza el recorrido de los cables desde la AMIA hasta la empresa prestataria.