–¿Bronceador o protector solar?

–Protector.

–¿Se mete a la pileta?

–Sí, me encanta. Me tienen que ayudar a entrar al agua. Una vez que estoy en el agua, puedo nadar espalda (ni pecho ni crol). Encontré un mecanismo para sostenerme flotando, aunque obviamente tiene que haber alguien al lado.

–¿Alguna comida preferida?

–Mariscos. Si no, fruta y verdura.

–¿Juegos de carta?

–Cero. Nada. No me gustan nada los juegos de mesa.

–¿Se lleva la notebook?

–No.

–¿Tiene Facebook o Twitter?

–Los dos. En Facebook tengo una página más institucional. El Twitter lo uso cuando tengo una emoción particular o leo una frase que me resulta interesante. Tiro preguntas para que la gente me conteste.

–¿Solía irse de campamento?

–Sí, me he ido, sobre todo con la Iglesia en misiones pastorales. Fuimos a Santiago del Estero, a una escuelita en el medio del campo. Nos íbamos por los ranchitos de a dos en dos, como los apóstoles, a conversar, a tomar mate. Nos re-contra-deshidratábamos y nos comían los mosquitos. Veías nubes de mosquitos que se venían a vos y a los santiagueños, nada. Ahí me fui dos o tres veces. Después, más joven, hice campamentos con los boys scouts. Fui dirigente de los “lobatos”, que en los campamentos scouts se llama “Akela”, que sería la loba, la dirigente de los lobatos.