EL PAíS • SUBNOTA
› Por Mario Oporto *
Es inevitable, por importante, poner la vista en los 200 años de la Revolución de Mayo. Será un año historiográfico y se lo tendrá que abordar historiográficamente. El desafío de la educación en la provincia de Buenos Aires es mirar el Bicentenario de 1810 desde la idea de unidad latinoamericana y la participación de las clases populares.
La manera de recordar los aniversarios es una postura política y forma parte de la propia historia: el hecho que se recuerda y cómo lo recordamos. Hay una posibilidad de abordarlo desde la tradición del acontecimiento. No sería bueno encerrar los hechos de Mayo en el acontecimiento. Nuestra propuesta, en el marco de la libertad de cátedra, es hacerlo desde una perspectiva más amplia. Lo que estamos homenajeando no es sólo la revuelta municipal del Cabildo de Buenos Aires, sino los 200 años de la emancipación americana.
En ese sentido hemos desarrollado las líneas de trabajo. Una académica, vinculada a la capacitación docente y a los congresos que venimos desarrollando. Continuaremos con la propuesta “Pensar la política, un desafío en la tarea de educar” y realizaremos un nuevo Congreso de Historia, continuador del de octubre pasado, en el que expusieron novedosas posiciones historiográficas José Carlos Chiaramonte, Jorge Gelman, Raúl Fradkin, Ricardo Cicerchia y Norberto Galasso, quien dirigirá una publicación para docentes con material para la enseñanza de la historia.
Además, las conmemoraciones. En el calendario escolar de 2010 aplicamos dos leyes nacionales: la que recuerda en la figura de Güemes el Día de la Libertad Americana y en Simón Bolívar el Día de la Integración Americana. Se trabajará sobre Mariano Moreno en el Día del Periodista; sobre Manuel Belgrano como el precursor de la educación gratuita, obligatoria, laica y mixta, y con José de San Martín vinculado a la independencia del continente. Rescatamos una ley provincial de 1973 que establece entre el 8 y el 11 de octubre la Semana de América latina en la escuela, y que aplicaremos desde este año.
Otra línea será de actividades culturales, entre las que se destaca Teatro e Historia, con la Comedia de la Provincia, dirigida por Lito Cruz.
Vamos a proveer a las escuelas de material didáctico, textos básicos de literatura argentina y de historia, mapas y material audiovisual sobre América latina. Todo trabajo académico que se oriente hacia la unidad del continente y a la participación de los sectores subalternos o populares en la construcción de la historia argentina será bienvenido.
Acordamos con la Universidad Nacional de La Plata para que sea evaluadora de la selección de los materiales. Convocamos a las universidades y a las editoriales para que presenten sus trabajos. También recurriremos a lo hecho por otras jurisdicciones provinciales.
Es un buen momento para repensar la historia. Si creemos en nuestro destino de integración sudamericana, la escuela tiene que asumir el papel de construir la conciencia de ese futuro. No habrá unidad sin cultura de la unidad.
El Bicentenario es una oportunidad. Lo interesante sería abrir nuevos debates más que cerrarnos en antiguas certezas. Abordar la historia desde otras visiones, tarea en la que la escuela tiene mucho que hacer. Si la nacionalidad argentina se construyó a través del sistema educativo y la idea de libertad tuvo un papel central, la educación no puede ser ajena a la idea sudamericana. Si la escuela no está presente en esta obra, es probable que la construcción sea mucho más débil y trabajosa.
Sería negativo un Bicentenario restaurador, que sólo mire el pasado como nostalgia nacionalista. También sería negativa una invocación al futuro que reniegue de la historia y que no sea capaz de asumirnos como continuidad.
Plantear el futuro con mirada histórica, desde la unidad y no desde el desmembramiento, desde la historia del conjunto del pueblo y no exclusivamente desde las elites; desde una tradición cultural propia y un pensamiento nativo y criollo y no sólo desde su exclusiva relación con ideas extracontinentales.
Es un interesante desafío, en el cual hay que trabajar y producir, haciendo circular otro tipo de cartografía que dé cuenta de la unidad regional y enseñando una historia que incluya a todas las clases sociales. Así, los acontecimientos de 1810 van a tener una razón de ser muy superior al relato diario que va del 18 al 25 de Mayo, con las distintas noticias que llegaban de Europa hasta que el pueblo quiso saber de qué se trataba.
Director general de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires.
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