Los familiares y víctimas de la represión de hace un año leerán hoy un documento que se llama “20 de diciembre de 2001, que se vayan todos-20 de diciembre de 2002, echemos a todos”. Este es el texto completo:
“A un año del 20 de diciembre, los gobiernos siguen moviéndose según su conveniencia.
Nuestro pueblo, herido por diferentes razones, entre ellas el agotamiento a la falta de respuesta histórica, marcó, en la jornada del 20 de diciembre de 2001, un hito más en la historia de nuestras luchas, donde se pusieron nuevamente en evidencia los dos proyectos de país que conviven en esta Argentina: por un lado los políticos que no dudan en traicionar el mandato popular votando y ejecutando políticas de hambre y entrega al capitalismo internacional. Un poder judicial que no duda en liberar con estratagemas jurídicas groseras a los responsables del más atroz genocidio económico y social de nuestra historia. Los grandes capitales vernáculos, asociados al capital transnacional, que no dudan en condenar a todo un pueblo para satisfacer sus mas perversos deseos de poder.
Todo esto sólo puede ser posible con la participación de un aparato represivo integrado por sicarios al servicio de un proyecto donde solo unos pocos victimarios se alimentan con el sacrificio y la sangre de millones de seres humanos.
Por otro lado, nosotros, el pueblo argentino, que luchamos contra el poder instaurado, reclamamos los derechos que establece la constitución: salud, educación, trabajo, vivienda y el derecho fundamental a ser sujetos de nuestra historia.
La represión de los días 19 y 20 de diciembre, llevada a cabo por un poder ilegítimo, dejó un saldo de más de treinta muertos y cientos de heridos, evidenciando una vez más que este accionar no es producto de una banda de psicóticos, sino que, por el contrario, responde a un plan perfectamente pergeñado por aquellos que no dudan en masacrar a nuestro pueblo en beneficio de sus más inconfesables intereses, con armas, o con políticas de exterminio.
Ese día, hartos de opresión, vimos a chicos enfrentarse a policía montada, abuelas insultando a represores, periodistas intentando salvar a algún detenido, concurrentes que jugaban sus vidas por las de otros desconocidos. Y también vimos morir.
Vimos renacer la protesta en cuanto a lo que soportamos como seres humanos y dijimos basta desde la dignidad de sentirnos nuevamente vivos.
Nosotros, víctimas y familiares de la represión del 20 de diciembre de 2001 exigimos: desmantelamiento del aparato represivo, castigo a los culpables de los crímenes cometidos contra nuestro pueblo, juicio a los responsables de la entrega del país y el hambre de nuestra población, y el no pago de una deuda externa ilegal e ilegítima.
Ahora bien, el tema es el futuro:
Nuevamente valoramos en profundidad la necesidad de justicia para poder sentirnos dignos y plenos. Si no es esto, es probable que sea volver a agachar la cabeza durante diez o quince años más. ¿Qué hacemos?”