El conocido penalista Alejandro Carrió se presentó en dos juzgados en representación del ex embajador Eduardo Sadous. Se trata de un dato, como mínimo, curioso, ya que Carrió es también el abogado defensor del diario Clarín, de su dueña, Ernestina Herrera de Noble, y de los hijos adoptivos de ésta, en la causa en la que se trata de determinar si Marcela y Felipe Noble Herrera son o no hijos de desaparecidos. Resulta llamativo que Carrió, perteneciente a un estudio muy costoso, sea abogado de Sadous, justo cuando su caso aparece todos los días en la tapa del diario de los Noble. En una de las causas judiciales, el fiscal pidió que el juez investigue a Sadous por omisión de denuncia y falso testimonio.

En el juzgado de Julián Ercolini admiten que Carrió se presentó en el expediente del comercio con Venezuela en nombre de Sadous. En esa causa judicial, el diplomático no está imputado de nada, fue una especie de denunciante y, sobre todo, testigo. Pese a ello, parece que le permitieron a Carrió revisar la causa.

Sin embargo, en otro juzgado federal, en el de Rodolfo Canicoba Corral, también se presentó Alejandro Carrió en representación de Sadous y pidió revisar el expediente en el que se acumulan dos denuncias, la de Julio De Vido y la de Claudio Uberti, el ex hombre fuerte de Planificación en la relación con Venezuela. En esta causa, Canicoba Corral no permitió la revisión del expediente, sino que le pidió a Carrió que presente un escrito en el cual quede certificado que representa al ex embajador.

Carrió, en realidad, defendió a la dueña de Clarín en la causa que tramita en el juzgado federal número 1 de San Isidro y que tiene que ver con el origen de Felipe y Marcela Noble Herrera. Fue defensor tanto de Ernestina como de sus hijos, pero la Cámara de Casación amonestó al abogado y le señaló que no se puede ser al mismo tiempo abogado de la persona sospechada del delito –haberse apropiado de hijos de desaparecidos– y de las víctimas de ese mismo delito. Por lo tanto, Carrió y Roxana Piña quedaron finalmente como letrados de Felipe y Marcela, mientras que la defensa de Ernestina pasó al ex camarista Gabriel Cavallo.

El trabajo más arduo seguramente lo tendrá Carrió en el juzgado de Canicoba Corral. El fiscal Jorge Di Lello estudió las denuncias contra Sadous y le pidió a Canicoba que inicie una investigación para determinar si el ex embajador cometió el delito de omisión de denuncia –ya que cuando estuvo en la embajada y después de que la dejó, en 2005, nunca denunció la existencia de coimas o comisiones ilegales–, incumplimiento de los deberes de funcionario público y, en menor medida, falso testimonio. Di Lello pidió el legajo completo de Sadous en la Cancillería para ver qué dijo, a través de cables y otros documentos, en todos estos años.

Los abogados de De Vido y el de Claudio Uberti, Diego Pirota, presentaron la denuncia contra Sadous basándose en los testimonios del expediente que tramita Ercolini. Básicamente lo que afirman es que todos los testigos desmienten a Sadous. Habrá que ver cómo evalúan todos estos elementos tanto el fiscal Di Lello como el juez Canicoba Corral.

En el expediente que investigan Ercolini y el fiscal Gerardo Pollicita, en cambio, Sadous no se tiene que defender de nada. Lo que principalmente se trata de determinar allí es si la comisión cobrada por la trader Palmat –entre el 11 y el 15 por ciento– es la misma que la empresa con sede en Miami y Caracas aplicaba en operaciones anteriores y si se parece a lo que cobran otras traders como Cotia, la que manejaba las exportaciones de maquinaria brasileña a Venezuela.