EL PAíS • SUBNOTA › EL BALANCE DEL VIAJE
› Por Fernando Cibeira
–¿Qué evaluación hace de las reuniones que mantuvo en China?
–Fue muy bien tanto por el nivel de las entrevistas como por el contenido que tuvieron. En las reuniones que tuvimos en Beijing con los empresarios y la presencia del viceprimer ministro chino y la de hoy (por ayer) con las principales firmas de Shan-ghai hubo un gran interés por Argentina, algunos ya están invirtiendo, otros querían hacerlo. La necesidad de realzar la asociación estratégica entre ambos países es muy importante y, al mismo tiempo, debemos definir la necesidad de tener una sinergia y no vernos como clientes, sino como socios. Argentina no puede seguir con el 82 por ciento de sus exportaciones en cuatro productos de escaso valor agregado y del otro lado recibir 98 por ciento de altísimo valor agregado y con mayor nivel de divisas. Sobre todo teniendo en cuenta el tamaño de una economía y de la otra, no se puede plantear una relación bilateral sin tener en cuenta las asimetrías.
–¿Cumplió los objetivos?
–Absolutamente. El primero era cumplir con la visita de Estado que no había podido realizar. Lo primero que le dije a Hu Jintao cuando nos sentamos frente a frente fue pedirle perdón. Era una visita que se había planificado con mucho tiempo y de repente que dijera que no podía ir era algo que muchas veces no se entiende. Imagino que a Hu Jintao no le debe haber entrado en la cabeza que no podía abandonar el país por la situación con el vicepresidente y el presidente del Banco Central. A nadie se le ocurre que en China el presidente del Banco Central se va a atrincherar si el presidente le pide la renuncia y que el primer ministro tome otra posición que no sea la de apoyar al presidente. Son situaciones que sólo existen yo diría que en mi gobierno, ni siquiera en nuestro país. Porque las cosas que han sucedido durante la gestión de esta Presidenta, y cuando digo Presidenta hablo de género también, no le han sucedido en otros momentos a nadie. Estaba la carga de explicar esta situación y costó haber postergado la visita. Pero creo que fue muy buena. El primer ministro nos dijo que quería viajar a la Argentina, va a viajar el ministro de Comercio, nosotros vamos a enviar a nuestro ministro de Turismo, un tema en el que están muy interesados. Hemos planteado claramente qué es lo que esperamos. Siempre hay una lógica binaria en el análisis de las relaciones internacionales en nuestro país: sos amigo o sos enemigo. Al amigo se le permite todo y con el enemigo está todo mal. Las relaciones internacionales no se manejan así. Cuando ves sentado al presidente de Rusia con Barack Obama, en algunas cosas se ponen de acuerdo y en otras no, así pasa en todas partes.
–Mientras tanto se pasan algunos espías
–¡Claro! El mayor intercambio de espías que se haya hecho y los dos con una sonrisa de oreja a oreja. ¿Alguien escuchó fuertes críticas en Rusia o de la prensa norteamericana? No. Hoy el mundo es así, no como queremos que sea. Lo que tenemos que ver es cómo interactuamos con ese mundo para lograr mayores ventajas. También, obviamente, el otro va a querer ventajas. Eso es lo que hemos planteado, que el beneficio del intercambio comercial tiene que ser recíproco. Me tomé el trabajito de leer todos los documentos del Partido Comunista chino y demás que hablan de esto del beneficio mutuo y de la armonía, porque creo que también es un signo de respeto saber lo que piensan él y su partido. No se puede venir a plantear cosas que uno sabe que le van a bochar de antemano. Es muy complejo el mundo, pero no deja de ser fascinante. A mí me gustan mucho las relaciones internacionales, pero tenemos que tomarlas con este realismo. Somos amigos, somos países que tenemos posiciones comunes en muchos foros pero también tenemos intereses. En el caso de China tenemos una sinergia especial, porque un poco encastra con lo que somos como país en cuanto a lo que producimos, en cómo podemos relacionarnos. Hay que hacerlo con mucha sencillez, con mucha tranquilidad, pero en la Argentina a nivel comunicacional no se está pudiendo discutir.
–¿Por qué lo dice?
–Por ejemplo, por lo que pasó el otro día. Hablaban de diplomacia paralela, pero los denunciados quieren que se publique la denuncia y los que denuncian quieren que todo siga siendo secreto. Es muy insólito, porque es la única manera de seguir manteniendo una cosa que no existe. Es una telenovela repetida, aburrida y con autores desconocidos porque ahora uno que hizo la denuncia no existe, ni nadie sabe dónde estaba. Nosotros vamos a volver a pedir que las audiencias sean públicas. Por lo menos que los periodistas puedan escuchar de primera mano lo que se dice para poder transmitirlo.
–Durante este viaje a China se planteó el tema de las exportaciones del aceite de soja, que se seguirá discutiendo en la comisión bilateral que se conformó. ¿Le preocupa esta cuestión?
–Ahí lo que los medios no ponen es la contraparte. Nosotros estaríamos “reprimarizando” nuestras exportaciones, perderíamos en balanza comercial y en trabajo en Argentina. Tenés un comercio deficitario, independientemente de la calidad de los bienes que importes o exportes, pero además lo que importás es de gran valor agregado, con lo cual destruís trabajo también adentro. El impacto es doble: en balanza comercial, porque ellos nos exportan más en dólares que nosotros y además lo de ellos tiene mucho más valor agregado. Hay que equilibrarlo. Cuando le expliqué esto al primer ministro lo entendió muy claramente.
–¿Se habló del tema puntual del aceite de soja en las reuniones o sólo se analizó en general el comercio bilateral?
–Cuando yo hablo de “desojizar” la discusión no pasa por venir a pelear y decir “por favor, ábranme de vuelta las importaciones de soja”. Primero, porque es un producto que tiene mucho mercado. De hecho, la India nos va a comprar. Segundo, porque van a seguir demandando soja y nosotros vamos a seguir colocando. Hoy estamos destinando parte de esa soja a mercado interno, por el corte de combustibles con biodiésel. Están surgiendo también plantas de un “crushing” más elaborado que el del simple aceite de soja, que no solamente obtiene aceites, sino fertilizantes, energía, biodiésel. Qué demanda tendrá el producto que a partir de la decisión que tomamos de aumentar el corte de biodiésel ha subido treinta dólares la tonelada. Obviamente, si somos uno de los principales productores de soja también somos formadores de precios. Lo que hay que hacer es tener paciencia y negociar de acuerdo con criterios de equilibrio en el comercio. La fórmula tiene que ser “ganar-ganar”, si es “ganar-perder” no nos conviene. Solamente en la Argentina, y en algunos diarios, publican estas cosas. A ver si en algún diario de Brasil se quejan porque Lula defienda la industria brasileña, al contrario. A ver si en algún diario francés se quejan porque Sarkozy defienda a los agricultores franceses, por favor. Solamente en la Argentina y por intereses estrictamente políticos. Es un posicionamiento contrario al Gobierno de unos medios de comunicación monopólicos que insisten con esto, pero ya todos se dieron cuenta. Hay que seguir trabajando. Los números que hoy me llegaron son excelentes, estamos con un crecimiento acumulado del 8,6 por ciento y mayo contra mayo del 12,4, con una capacidad instalada del 75 por ciento. Es muy importante este tema porque entonces no hay presión, cuando estás al borde de la capacidad instalada esto normalmente provoca presión sobre los precios. El tema de las reservas es increíble. Hay que acordarse de la batalla que fue, que tuve que cancelar mi viaje a China. Los analistas económicos decían que el Central se iba a quedar sin reservas, la oposición decía que estábamos todos locos, que poníamos en peligro la economía del país.
Resulta que hoy se batió el record habiendo pagado ya 2700 millones de dólares de deuda. ¿No ameritaría que alguien dijera “tenían razón, nos equivocamos”? Porque entonces por esos 2700 millones que nos daban el 0,5 por ciento teníamos que salir al mercado de capitales a una tasa del 15 o 14 por ciento. Si hubiéramos hecho eso y soy un juez lo meto preso, porque hacer eso es casi administración fraudulenta del Estado si nos dedicamos a hilar finito. Ahora, cuando decidimos el traspaso de los recursos de los trabajadores de las AFJP al Estado, lo que ha permitido la movilidad jubilatoria, que en tres aumentos tengan más del 30 por ciento de aumento, ¿no ameritaría que alguien dijera “tenían razón, no era como nosotros decíamos que iban a tener sólo un 4 por ciento de aumento”?
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