El Gobierno anunció una suba del 22,22 por ciento para las asignaciones familiares por hijo, beneficio que pasará desde septiembre de los actuales 180 a 220 pesos. El Estado invertirá 1966,8 millones de pesos al año para cubrir este aumento que alcanza a 3,9 millones de chicos de trabajadores formales cuyos salarios no superen los 4800 pesos. Esta medida llega cuando la oposición parlamentaria, nucleada en el Grupo A, pretende instalar su propia agenda social. “Lo que para algunos es gasto para nosotros es inversión social. Hay que fijar políticas de Estado y darles institucionalidad, certidumbre y sustentabilidad”, remarcó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante el anuncio en Casa de Gobierno.

Las asignaciones familiares están regidas por la ley 24.714, sancionada en 1996, bajo el gobierno menemista. Esta normativa derogó una anterior, que había sido sancionada en 1969. La actual ley contempla asignaciones familiares que son abonadas por única vez como las de maternidad, nacimiento, adopción, matrimonio, prenatal y de ayuda escolar. Todas ellas quedarán en sus valores actuales, ya que no fueron incluidas en el aumento. En cambio, desde septiembre suben las que se pagan todos los meses, que son las asignaciones por hijo y para hijos discapacitados.

“Hoy estamos anunciando un incremento del 22,22 por ciento en las asignaciones familiares por hijo, que las lleva de 180 a 220 pesos. Esta es una política de Estado que venimos sosteniendo desde la Anses, que es la entidad que administra los fondos de los trabajadores. Entre 1997 y 2003, las asignaciones familiares estuvieron congeladas en 40 pesos. Sin embargo, desde aquel año hasta la actualidad hubo un incremento del 550 por ciento”, afirmó la Presidenta durante su discurso.

En realidad, las asignaciones familiares estuvieron congeladas en 40 pesos entre 1996 y 2007, cuando fue otorgado el primer aumento de la era kirchnerista, ya con Miguel Peirano como ministro de Economía. En ese año se elevó la asignación a 100 pesos y al año siguiente subió a 135 pesos. El último aumento para estas asignaciones se había otorgado en octubre del año pasado –pasó de 135 pesos a 180–, poco antes de que el Poder Ejecutivo implementara por decreto la Asignación Universal por Hijo.

Lo que no modificó el Ejecutivo en esta oportunidad fue el piso salarial que funciona de tope para el cobro de las asignaciones, que se mantiene entre 2400 y 4800 pesos. Por lo tanto, los que hayan recibido un incremento salarial a partir de las últimas negociaciones paritarias y superen ese tope, no cobrarán las asignaciones.

Teniendo en cuenta estas bandas, las mejoras anunciadas quedaron estipuladas de la siguiente manera: para sueldos de hasta 2400 pesos, la asignación subirá a 220 pesos; entre los 2400 y 3600 pesos, el incremento llevará el beneficio a 166,2 pesos, mientras que para los salarios que fluctúan en la banda de los 3600 y 4800 pesos, la asignación llegará a los 111,2 pesos.

En el caso de las asignaciones por hijo con discapacidad, los beneficios pasarán de 720 a 880 pesos para los salarios hasta 2400 pesos, mientras que para las remuneraciones que van desde los 2400 y 3600 pesos, el aumento es del 22,22 por ciento y colocará la asignación en 664,9 pesos. La última escala salarial pasará de los actuales 364 pesos a los 444,9 pesos.