Carlos Chile es una figura de la militancia social. Coordinador del Movimiento Territorial de Liberación, una de las primeras organizaciones de desocupados que se puso a construir barrios en la Capital para crear empleo genuino –con cooperativas que hoy siguen funcionado y compiten con las constructoras privadas–, Chile es muy conocido entre el activismo porteño. En las anteriores elecciones asumió como secretario de Interior de la CTA-Capital y desde el año pasado es su secretario adjunto. “Quiero alejar la idea de que ésta es una confrontación kirchnerismo-antikirchnerismo, es un falso debate”, advierte. “Hay una discusión sobre el modelo del país y el momento más alto de confrontación se dio en la Constituyente Social, el espacio que genera la posibilidad de encontrarnos y demandar nuevas formas de organización de la sociedad.”

–¿La interna es entre quienes quieren la Constituyente y quienes no?

–Yo diría que es lo que permitió ver quiénes se ponen de un lado y del otro. Y hay que decir que la construcción de un nuevo movimiento político-social-cultural de liberación, lo que se denomina Constituyente Social, fue votado en tres congresos consecutivos de la Central. Yasky lo votó, aunque después no lo apoyó.

–El sector de Yasky les critica tener la mirada corta de la izquierda. Que por no “contaminarse”, no apoyaron la Asignación Universal por Hijo ni la ley de medios.

–No es cierto. Nosotros movilizamos frente al Congreso cuando fue la ley de medios, y planteamos nuestra oposición a que las Telefónicas tuvieran parte en el negocio. Acompañamos, y la seguiremos acompañando.

–¿Y la asignación?

–Con la asignación tenemos diferencias, y es porque este Gobierno tiende a hacer todo a medias. Apoyamos la nacionalización de los fondos de las AFJP, pero se nacionalizaron 30 días después de que se votó la ley de movilidad trucha, que Yasky y Moyano saludaron, mientras nosotros con los jubilados estábamos en la calle. Esa fórmula lo único que hacía era colocar a cada vez más jubilados por debajo de la línea de pobreza. Hoy el 85 por ciento de los jubilados está por debajo de la línea.

–¿Qué otra cosa pone en juego la interna?

–Dos modelos de Central enfrentados. Un modelo apunta a construir una central corporativa, una corporación de sindicatos. Otro es la idea de una Central de Trabajadores, como lo es hoy. Si es federación de sindicatos, seríamos como la CGT, donde no hay elecciones, la conducción se elige por acuerdo de cúpulas. No queremos ser la central alternativa de la CGT, no queremos alternar con la CGT, somos otro modelo. Apostamos a que la CTA sea la herramienta política de los trabajadores para que instalen la agenda. No es que para garantizar la unidad de la clase obrera nos vamos a abrazar con Moyano, no tenemos nada que ver.

–¿Quién define esta elección? ¿Es Ctera vs. ATE?

–No, va a haber un corte dentro de los sindicatos. Una cantidad de docentes nos va a votar por “antiyaskismo”. Este año hubo diez provincias con conflictos docentes y el secretario general no fue a ninguna.

–¿Cuánto pesan los movimientos sociales?

–Pesan. En Jujuy definen la elección. En la Capital Federal tenemos 35 mil afiliados directos de las organizaciones sociales. En los movimientos sociales la gente se afilia una a una, mientras en los sindicatos hay compañeros que ni saben que están afiliados porque los sindicatos vuelcan su padrón a la Central. Los movimientos son una muestra de que ésta no es una elección que se define por la simpatía por el Gobierno. Si fuera así, Milagro Sala tendría que estar votando con ellos, y está con nosotros.

–Pero en los distritos más importantes (Capital y Buenos Aires) la Tupac apoya la lista de Yasky.

–Ahí no tienen peso. En Córdoba, Mendoza y Jujuy votan con nosotros.

–¿De qué se debe ocupar la CTA Capital?

–De instalar temas en la agenda política. La situación de la niñez, la vivienda, la salud. Tenemos presencia en la universidad, trabajamos con los bachilleratos populares, tenemos centros materno infantiles vinculados a la central.

–¿No es una agenda poco sindical?

–La Central no es una central sindical, es una central de los trabajadores. Los trabajadores que más sufren son los que están fuera de convenio, el 52 por ciento. Los flexibilizados, en negro, los que no tienen trabajo.

–¿Se rompe la CTA?

–No. Si perdemos, no nos vamos a ir, queremos seguir construyendo acá. La central tiene que tener la capacidad de bancarse la pluralidad política; lo que no nos tenemos que bancar es que nadie nos venga a decir lo que tenemos que hacer, ni un partido, un monopolio o un gobierno.