Mar 24.08.2010

EL PAíS • SUBNOTA  › ESCUáLIDA MARCHA DE USUARIOS AUTOCONVOCADOS

Cacerolas, frases hechas y poca gente

La Plaza de Mayo, escenario de históricas manifestaciones, fue ayer el lugar elegido por un par de centenares, a lo sumo tres, de disgustados internautas que reaccionaron en contra de la decisión del Gobierno de hacer caducar la licencia de explotación de Fibertel. Entre los presentes, muchos reconocieron no ser clientes de ese prestador, pero sí defensores “de la libertad de elegir, porque hoy es un servicio y mañana es la libertad de dónde quiero vivir”, lanzó la alarma una mujer bien vestida y aparentando tener muchos bienes que defender. “Hoy es Fibertel, mañana nosotros”, rezaba con el mismo sentido el cartel hecho a mano y a las apuradas que colgaba del cuello de Arturo, uno de los manifestantes que decoró la plaza histórica pasadas las 19 de ayer. Otros, con honestidad, se confesaron empleados de Cablevisión, aunque sin llegar a confesar si habían concurrido por voluntad propia o enviados por su empleador.

Las clásicas cacerolas, un emblema ya de ciertas “manifestaciones de clase” en esta etapa, también fueron golpeadas en la ocasión, aunque sin llegar a aturdir ni tapar las conversaciones entre los concurrentes. Allí se podía escuchar cómo estos ámbitos “de militancia” son útiles para encontrar otras coincidencias, más allá del eje de la convocatoria. El repudio al cierre de las AFJP, las críticas al traspaso de Aerolíneas a manos del Estado y hasta cuestiones relacionadas al fútbol, principalmente en torno de la televisación y al desempeño de la Selección en Sudáfrica, fueron los ejes elegidos para manifestar otras formas de oposición al Gobierno.

Arturo, que seguía paseando con el cartel colgado al cuello de un cable, se acercó a Página/12 para opinar que “esta medida es un atropello totalmente innecesario hacia la gente que se ve afectada por esta decisión. No me interesa si Fibertel tiene licencia o no, a lo sumo el Gobierno debería multarlo, sin tener que involucrar a la gente”.

Karina, una joven de 24 años que, como muchos allí, admitió no ser usuaria del servicio de Fibertel, justificó su participación porque quería “ayudar a la gente a conservar sus derechos”. Lo hizo llevando, además, una cartulina donde se leía “No hay seguridad jurídica”. Predispuesta a dar su opinión, la joven indicó “esta decisión tiene relación con la nueva ley de medios. La ley anterior, la de la dictadura, no era mala, simplemente no se cumplía. Hay muchas leyes que son de la dictadura y que están buenas”, dijo, criteriosa. No fue la única que se manifestaba tan condescendiente con “los hechos” de la dictadura.

En medio de aplausos y cantos en los que los manifestantes expresaban orgullosos su pertenencia a Fibertel, uno de ellos, Gustavo Giranzo, se pronunció: “Yo vengo acá indignado por el avance del Gobierno sobre los medios independientes y por el manifiesto ataque a las empresas que no son del régimen”. Luego, sin tantas personas a su alrededor, Giranzo aclaró a este diario que tampoco era usuario del servicio, pero que “esta situación me da la sensación de que acrecienta la inseguridad jurídica, cuando en forma espontánea se decide la caducidad de una licencia”. Al finalizar su testimonio, el hombre solicitó que no se lo vincule con “los discursos de derecha, que abundaron en este lugar”.

Informe: Rocío Ilama.

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