Neuronas. Elisa Carrió ratificó una vez más sus dotes de oradora. Durante su discurso el Teatro Coliseo escuchaba atentamente y aplaudía en el momento oportuno. Pero a la capacidad discursiva le sumó ayer sus cualidades cuasi actorales. En respuesta a su profunda fe religiosa, Carrió ironizó sobre “el cientificismo” y la “neurobiología” que “descubrió la existencia del amor”. “Le llaman neuronas espejo y al vínculo le dicen empatía”, se burlaba Lilita, mientras con una mano se sacaba el chal blanco y con la otra mano completaba el gesto cómplice de un cómico de Stand Up.

Aliento. Uno de los dirigentes más aplaudidos y que concentró la mayor atención de la noche fue el diputado Adrián Pérez. “Olé Oléeee, olé oláaaa, pará Mauricio, andate yaaaa, con Adrián Pérez gobernamos la ciudaaaad”, lo alentaban al candidato de la CC a jefe de Gobierno porteño desde la tercera grada del teatro.

Gringos. El santafesino Carlos Comi protagonizó uno de los discursos más encendidos de la noche. Defensor de las corporaciones rurales y de “los gringos que trabajaron la tierra”, cuestionó que se los acuse de “oligarcas” y calificó al Gobierno como “una banda de ladrones que quiere robarse el país”.

Promesa. “Voy a ser gobernador para que si en 24 horas no pasa nada los primeros investigados sean ellos”, prometió Morán en relación con la “complicidad” de comisarios, intendentes y fiscales en la investigación y detención del narcotráfico en la provincia de Buenos Aires. En otro pasaje menos punzante, Morán llamó a convertir a la Argentina de aquel “granero del mundo” a ser “la rotisería” del mundo para sumarle así valor agregado a la producción.