Desde Nueva York

Extrañó ver a Néstor Kirchner entreverado con Bill Gates y Mick Jagger. Son las mezclas que alienta Bill Clinton desde su fundación de ayuda –la Iniciativa Global Clinton–, lugar por el que Kirchner arrancó ayer su actividad aquí en su carácter de secretario ejecutivo de la Unasur. Primero, los dos ex presidentes mantuvieron un encuentro bilateral y unas horas más tarde, por invitación de Clinton, Kirchner estuvo también en el acto de cierre de la reunión anual de la Iniciativa, que esta vez tuvo a la reconstrucción de Haití como uno de sus objetivos principales. En el desfile de figuras pasaron desde el matrimonio de actores Demi Moore y Ashton Kutcher hasta Barack y Michelle Obama, oradores de cierre.

Según contó luego Kirchner, encontró a Clinton muy informado sobre la situación argentina, al nivel que la puso como ejemplo a imitar. “Hablamos del desendeudamiento argentino, de la proyección argentina, el prestigio que están ganando las políticas argentinas”, se entusiasmó Kirchner. “Absolutamente admirado”, aseguró el ex presidente que se mostró Clinton sobre el desenvolvimiento económico, incluyendo cuestiones como el desendeudamiento y el crecimiento registrado por el PBI.

Clinton destacó que Argentina no había recibido la ayuda que tuvieron otros países y que así y todo había podido salir del pozo. “Ha habido un gran cambio, una gran comprensión de la situación argentina, lo cual me pone muy bien, porque a mí durante la presidencia me costó hacer entender la situación, que no fui yo quien la generó, sino los irresponsables que generaron el default y demás”, contó Kirchner apenas puso un pie en el Hotel Four Seasons luego de la reunión que se había desarrollado en otro hotel cinco estrellas, el Sheraton, a unas diez cuadras de distancia. En el Sheraton, cada año, Clinton organiza el encuentro anual de su Iniciativa en paralelo con la Asamblea General de la ONU, aprovechando la presencia de los líderes mundiales. Atravesar el hall del hotel es como tener un muestrario de las Naciones Unidas, con pequeñas delegaciones de distintos lugares del mundo que van allí, en algunos casos para exponer, en otros para recibir la ayuda que se les ha otorgado.

Ya desde sus años como presidente, Clinton tenía buena sintonía con algunos rockeros. En años anteriores, los Kirchner coincidieron allí con Shakira y con el ex Pink Floyd Roger Waters. Quien suele exponer cuando pasa por Nueva York es Bono, el cantante de U2. Esta vez fue el turno de Jagger, otro de los amigos de Bill, aunque no habló.

Kirchner estaba invitado para el encuentro que se hizo a las 14, en el que se analizó especialmente la situación de Haití en la que Clinton hizo de moderador, pero no llegó. En cambio, pudo cruzar unas palabras con el presidente haitiano, René Preval. Los países de la Unasur prometieron ayudar en unos 100 millones de dólares para la reconstrucción de Haití luego del terremoto que asoló la isla en enero y que dejó un saldo de unos 200 mil muertos. Días atrás, Kirchner designó al abogado Rodolfo Mattarollo para coordinar el envío de ayuda a través de la oficina que se abrió en Puerto Príncipe.

Clinton junto con George Bush buscó ponerse al frente de la canalización de ayuda para la reconstrucción, pero enseguida se dio cuenta de que no era tan sencillo y comenzó a recibir críticas. Argentina tiene experiencia en la isla porque desde hace años integra la Minustah, la fuerza de paz que trata de mantener el orden allí. De todo eso también estuvieron conversando Clinton y Kirchner durante el encuentro.

El secretario de la Unasur sí llegó a las 16 para el evento de cierre. Se sentó en primera fila junto a Chelsea, la hija de los Clinton. Habló Bill Gates, quien junto a su esposa, Melinda, también encabeza una fundación filantrópica, toda una tradición entre los multimillonarios norteamericanos.

Pero, sin dudas, las estrellas del evento final fueron Barack y Michelle Obama. Sobre todo ella, porque fue la que habló luego de la presentación de su marido. El la halagó diciendo que menos mal que nunca le tocaría competir contra ella en una elección porque “me daría una paliza”. En estos días en que trata de hacerse un momento para todo, luego de presentarla, Obama no se quedó a escuchar a su mujer, sino que debió salir corriendo para llegar a tiempo para una reunión con el primer ministro de Japón. Michelle, tema extraño, habló de la situación de las familias de los militares y de los problemas de reinserción para aquellos que vuelven de un frente de combate. Pero nada está fuera de lugar dentro de la Iniciativa Global de Bill, donde el lema es ayudar y siempre con buena onda. Kirchner, como todos, terminó aplaudiendo de pie al cierre.

Kirchner seguirá con su agenda el lunes. Ese día tiene previsto un almuerzo con el diputado demócrata Elliot Engel, el encargado del área latinoamericana en la Cámara baja, un buen amigo de los Kirchner. El evento se realizará en la residencia del embajador argentino ante la ONU, Jorge Arguello. Luego estará su única actividad pública durante su paso por Nueva York, cuando hable ante el auditorio del Observatorio Latinoamericano de la New School University. El tema de su mensaje será “Los desafíos de la región”, lo que le servirá para hacer un repaso de sus planes para la Secretaría de la Unasur.