–Ustedes quieren fundamentar el informe final del caso AMIA con testigos como el testigo C, un hombre que aparece como poco serio. Ese ex agente de la inteligencia de Irán primero declaró y no dijo nada de Menem, después declaró otra vez y dijo que Menem cobró diez millones por tapar las acusaciones contra Irán. Luego ratificó esa declaración, pero no se pudo comprobar ni la existencia del banco suizo en el que se depositaron los diez millones y ahora mandó una carta diciendo que nunca acusó a Menem –le dijo Página/12 al hombre de la Casa Rosada.
–El testigo C es un testigo muy serio y lo que ocurrió es que hubo escandalosas maniobras en las traducciones. El hombre ha sido sistemáticamente tergiversado.
–¿Me está diciendo que C nunca acusó a Menem y que eso lo pusieron adrede, como una maniobra política?
–Sí, le estoy diciendo eso. La SIDE lo interrogó largamente en octubre y la conclusión de los agentes es ésa.
–¿Y la maniobra contra Menem la hicieron el juez, los fiscales y la DAIA que fueron los únicos presentes en las declaraciones de C?
–Bueno, ahí tal vez se vio cierta incapacidad del juez Galeano, pero la clave está en quién impulsó tanto la cuestión del testigo C.
–¿Usted se refiere a la ex jefa de la Unidad de Investigaciones AMIA, Nilda Garré?
–No quiero hacer nombres. Además de las personas que usted mencionó también hubo jefes de la SIDE en las entrevistas con C.
–O sea que usted dice que el gobierno de la Alianza tergiversó intencionalmente las declaraciones de C para imputar a Menem.
–Sí.
–Pero escúcheme: supuestamente C mencionó un banco en Ginebra donde se le depositó dinero a Menem, dijo que hubo un funcionario argentino negociando esa plata con el gobierno iraní y habló hasta por los codos de ese asunto.
–No, lo tergiversaron manipulándole la traducción. El mencionó que los iraníes tenían como modus operandi comprar a funcionarios de gobiernos y que utilizaban una cuenta en Suiza, pero nunca dijo que le habían pagado a Menem.