“No voy a ser cortina de humo para que otros zafen”, twitteó ayer el ex ministro Mariano Narodowski. La advertencia es coherente con algunos puntos del descargo que entregó en el juzgado, en los que parece apuntarles –sin mencionarlos– a funcionarios del riñón de Mauricio Macri como Andrés Ibarra, que fue su segundo en Educación. En el escrito, Narodowski asegura que cuando trascendió el escándalo de las escuchas ordenó que se hiciera “inmediatamente un sumario administrativo” que “no pudo llevarse a cabo” por una contraorden de la dirección de asuntos legales, entonces a cargo de César Neira, quien decía que no había causales para esa investigación. Neira ahora cumple las mismas funciones en el área a cargo de Ibarra –Recursos Humanos– del Ministerio de Hacienda. Ibarra, que fue gerente de Boca durante la presidencia de Macri, también está imputado por el espionaje, por su relación con Jorge Palacios y porque se estima que podría haber facilitado el ingreso de James. Fue indagado y dijo que ni lo conocía, pero todavía el juez no resolvió su situación procesal. Narodowski sostuvo ayer que él sólo se encargaba de las cuestiones pedagógicas; las administrativas y de personal, surge del expediente judicial, dependían de Ibarra. El ex ministro también sugiere que habría que indagar en la Universidad de La Matanza, de donde James vino recomendado, y donde ocupó cargos importantes, como ser único asesor del decano de Humanidades, Fernando Luján Acosta. Para él como ministro, era uno entre muchos otros asesores, con los que también hablaba por teléfono con asiduidad: y pone ejemplos de empleados con los que tenía registradas desde 18 hasta 1500 llamadas.