La presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Graciela Camaño de Barrionuevo, dio vuelta sobre sus pasos, recorrió amenazante parte de la sala, increpó a Carlos Kunkel y le dio un certero golpe en la cara. Después de la sorpresa, la conmoción y el tumulto, todos arriesgaban su versión del golpe: “cross de derecha”, “swing ascendente”, “sopapo”, “cachetazo”. El escándalo se desató cuando Camaño, después de admitir que la mayoría de la comisión estaba a favor de archivar las denuncias, desestimó el reclamo oficialista de votarlo y dijo que había 24 horas para que cada bloque presentara su dictamen, recogió sus cosas y se preparó para salir de la sala.

“Quieren quemar las urnas como en Catamarca”, soltó entonces Kunkel relacionando la actitud de su marido, el gastronómico José Luis Barrionuevo, cuando la Justicia le negó su candidatura a gobernador de la provincia porque no reunía el tiempo de residencia. Camaño, enfurecida, fue hasta Kunkel: “No me grites, energúmeno”, le dijo en voz baja y cara a cara. “Acá está en el artículo 110 del reglamento”, le señaló Kunkel para ratificar su reclamo. “Si prometo...”, intentó replicar la presidenta de la comisión legislativa, pero el diputado kirchnerista soltó la famosa frase del gastronómico que desató la ira de Camaño. “Yo nunca prometí falsamente que iba a dejar de robar por dos años y seguí robando.” Camaño acomodó un poco a Kunkel con su mano izquierda y soltó el fuerte y certero trompis en la cara.

“Me acusa de ser la señora de alguien. Todo el año soporté la violencia y provocaciones de Kunkel”, dijo después la presidenta de la comisión legislativa para justificar su actitud antes de irse del anexo de la Cámara de Diputados. “Repudio la violencia permanente y la provocación de Kunkel que provocó la reacción de Graciela”, se solidarizó su compañero de bancada, Marcelo López Arias, que ante la pregunta si también repudiaba la agresión física afirmó que “no la comparto pero la respaldo”. Camaño también recibió la solidaridad del jefe de la bancada macrista Federico Pinedo, quien la catalogó como “la mejor diputada de la Cámara”.

En un comunicado, el bloque del Frente para la Victoria señaló que “es evidente que esto obedece a la desesperación de un sector político que, en la impotencia de no poder imponer sus puntos de vista, apela al escándalo de las falsas denuncias, y hasta la violencia fascista, cuando no logra contar con las mayorías necesarias”.