El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, fue el encargado de anunciar que el ex gobernador de Santa Cruz Arturo Puricelli asumirá hoy como ministro de Defensa. En la misma ceremonia, Nilda Garré será ungida como ministra de Seguridad. Puricelli, un peronista que supo estar enfrentado durante años con Néstor Kirchner, en 2006 había sellado las paces en la misma ceremonia en que el titular de Planificación, Julio De Vido, lo designó al frente de Fabricaciones Militares. “Quiero dejar absolutamente claro que el Presidente va a tener en mí al más leal, sacrificado e interesado en que la misión se cumpla de la mejor manera posible”, dijo Puricelli. En el Edificio Libertador prima la incertidumbre sobre quiénes integrarán su equipo. Garré, en cambio, tiene que armar la nueva estructura de cero. Página/12 pudo saber que a cargo de la Secretaría de Coordinación que tendrá bajo su control directo a las fuerzas de seguridad será designada una fiscal.

La decisión de la nueva ministra está orientada a realizar una reforma a fondo de la Policía Federal. La aparición de balas de plomo en el operativo de desalojo conjunto, realizado entre la Federal y la Metropolitana, del predio de Villa Soldati, encendió todas las alarmas en el círculo más íntimo de la Presidenta. Apenas se haga cargo del ministerio, Garré anunciará el plan que estuvo desarrollando desde el viernes bajo la supervisión de la Presidenta.

El nombramiento de Puricelli sorprendió a todos. En 2006, De Vido lo nombró en Fabricaciones Militares y más tarde Garré lo integró al directorio de la fábrica de aviones en Córdoba. A partir de hoy ocupará una silla en el gabinete kirchnerista. El secretario de Asuntos Internacionales, Alfredo Forti, continuaría en su cargo, mientras que Gustavo Sibilla, virtual viceministro, dejaría su lugar. En la jefatura de las Fuerzas Armadas no habría mayores cambios. Sólo estaba en duda anoche el sitial del almirante Jorge Godoy. El segundo de la Armada, Benito Rótolo, y el tercero, Enrique Olmedo, pasan a retiro. La estructura de cada fuerza quedará definida a partir de la aprobación de los ascensos que discutirá hoy el Senado. En el Ejército se activaron los corrillos por el inesperado reparo de la bancada radical a dar el visto bueno al pliego del general César Milani, jefe de Inteligencia. Aluden a una supuesta vinculación carapintada que ya había sido desmentida, en su momento, por la cartera de Defensa.

El nuevo ministerio empezará a funcionar en la sede de la Secretaría de Seguridad, ubicada en la calle Gelly y Obes de Recoleta. Ayer, Sergio Loruso, secretario de Seguridad Interior, negó su renuncia y atribuyó a “conspiraciones” las versiones sobre su desplazamiento. Loruso tiene el manejo político directo de las fuerzas de seguridad. La actuación de la Federal ante la toma del Parque Indoamericano operó como detonante de la decisión de reformular las políticas del sector. Hoy, Garré le presentará a la Presidenta a la persona que eligió para realizar esa tarea: una fiscal con amplia trayectoria en la relación con las fuerzas represivas.