Apenas puso un pie en el Ministerio de Seguridad, Nilda Garré inició un proceso de cambio en el que mostró su intención de dar un giro al manejo de las fuerzas de seguridad. Recién asumida, su primera medida –de gran impacto político– fue la remoción del jefe de la Policía Federal, Néstor Valleca, en cuyo reemplazo fue designado el 16 de diciembre el comisario Enrique Capdevila, antes director general de Orden Urbano y Federal. El puesto de subjefe fue para el comisario Alejandro Di Nizo, representante de Interpol en el país.

Con el pase a retiro de los integrantes de la cúpula de la Federal, la purga continuó con la separación de dieciséis altos mandos de la fuerza que estaban a cargo de las superintendencias. Mediante una orden interna, Garré pasó a retiro a los comisarios generales:

- Daniel Segundo Rodríguez, de Planificación y Desarrollo;

- Horacio Giménez, de Interior y Delitos Federales Complejos;

- Angel Molinari, de Bienestar;

- Roberto Palavecino, de Seguridad Metropolitana;

- Juan Carlos Bertoloti, de Personal, Instrucción y Derechos Humanos;

- Luis Micales, de Drogas Peligrosas;

- Ricardo Carella, de Comunicaciones Federales, y

- Alejandro Hayte, a cargo de Asuntos Internos. En su lugar fue nombrado Raúl Timossi, que acaba de ser pasado a disponibilidad en el marco de una investigación por posibles irregularidades en su función.

La lista de los comisarios mayores que quedaron relevados de la Federal se completó con el retiro de Norberto Poggio, de Investigaciones Federales; Alfredo Ahek, de Policía Científica; Roberto Verdini, de Administración, y Eduardo Innamoratto, de Transporte. Los jefes de direcciones generales Marcelo Martínez, de Finanzas; Norberto Gabilán, de Comisarías; Jorge Gil, de Seguridad Interior, y Ricardo Pedace, de Secretaría General, también fueron parte de la purga. Con las últimas modificaciones, que incluyen cambios realizados antes de la asunción de Garré, fueron separados en 2010, 18 comisarios generales, 22 comisarios mayores y 17 comisarios inspectores, en lo que ya constituye un hecho inédito para la Federal.

Aunque se señaló que durante la gestión que Valleca ejerció durante siete años no hubo la cantidad de ascensos suficientes, con las reformas impuestas desde el ministerio, nueve superintendencias quedaron a cargo de jefes con menor rango de lo habitual. Entre ellas, dos con comisarios mayores a la cabeza y siete comandadas por comisarios inspectores, lo que implica que hasta que no se oficialicen las nuevas jerarquías, sus titulares son actualmente hasta dos jerarquías más bajas que las de comisario general. El pase a retiro de una camada completa de altos oficiales provocó el primer sismo en la fuerza, pero quienes conocen de cerca el funcionamiento de la Federal apuntaron más a una “normalización” que a una purga.

Informe: Gabriel Morini.