Por M. T. D. *

El clima de amenazas y mentiras que el Presidente y su ministra de Trabajo instalaron en los últimos días ya lo vivimos: dos semanas antes de los fusilamientos del 26 de junio pasado, Duhalde amenazó con que los cortes de ruta “no podían permitirse más”, y al igual que ahora se sumaron sus ministros Alvarez y Atanasof diciendo que queríamos “derrocar el orden constituido” y que no buscábamos una negociación, porque los que se manifestaron “no eran los de siempre, eran otros, que iban dispuestos a combatir”.
Aquella ofensiva política del Gobierno empezó con amenazas y mentiras, como ahora, y siguió con las balas de las fuerzas represivas: cientos de baleados y dos jóvenes asesinados. La similitud entre el discurso político y el accionar represivo fue total, y las llamadas de Fanchiotti al despacho de Oscar Rodríguez, amigo personal de Duhalde en la SIDE durante la misma tarde de la masacre, confirman la responsabilidad política del Gobierno que siempre denunciamos desde el MTD Aníbal Verón junto a los abogados de la CORREPI.
Estas amenazas no son las únicas coincidencias con los hechos de junio. Si en aquel entonces las exigencias del FMI impedían la firma del acuerdo y por eso el Gobierno intentó mostrarse “fuerte”, hoy esas presiones se redoblan: el acuerdo con el Fondo está firmado. Se han comprometido servilmente a lo de siempre: más ajuste y beneficios al capital financiero.
¿Será parte de un acuerdo no escrito la exigencia de intentar nuevamente “frenar” el conflicto social, en un contexto latinoamericano de inestabilidad para los intereses estadounidenses? ¿Acaso se habrán repartido las tareas, y los organismos internacionales como el Banco Mundial se ofrecen a mandar recursos y monitorear los planes sociales mientras el Gobierno busca “disciplinar” el conflicto social “sea como sea”, tal como lo anunció Atanasof días antes del 26 de junio?
A pesar de las amenazas del Presidente y la ministra de Trabajo, a pesar de los fusilamientos del 26 de junio y la represión silenciosa en los barrios no detendrán nuestras luchas mientras sigan sembrando privilegios para pocos y hambre y muerte para muchos.
El Presidente miente cuando dice que “las movilizaciones piqueteras tienen intereses electorales”. Los 17 movimientos de base que integramos el MTD Aníbal Verón, al igual que otros sectores piqueteros y asamblearios, no participamos del proceso electoral, porque existe un abismo entre quienes manejan el país y su institucionalidad decadente, y los valores de solidaridad y verdadera democracia que expresamos en nuestros movimientos.
Al igual que el 20 de diciembre último, ya se iniciaron las gestiones con organismos nacionales e internacionales de derechos humanos para que intimen al Presidente de que se abstenga de reprimir.
El Gobierno debe cesar su agresividad hacia quienes luchamos por trabajo y dignidad y debe reconocer los derechos elementales que estarán en el reclamo de cientos de miles de compatriotas a partir del lunes. De no ser así, por el futuro de nuestros hijos, por las necesidades cotidianas en nuestros hogares, por la dignidad que heredamos de nuestros antepasados, por la memoria de nuestros compañeros caídos, estaremos y nos mantendremos en pie de lucha. Y no habrá amenazas que nos detengan.
* MTD Lanús en el Movimiento de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón, movimiento en
el que militaba Darío Santillán, asesinado
el 26 de junio junto a Maximiliano Kosteki
en la estación de Avellaneda.