Es sabido que el Gobierno quiere remover a los jueces de la Corte Suprema, pero, en público, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, buscó guardar las formas. Dijo que los jueces “tienen la experiencia necesaria para adoptar la resolución más conveniente al país” y que la posibilidad de que ellos tomen la iniciativa de abandonar el cargo “depende de la conciencia de cada uno”.
El fin de semana, Capitanich había sostenido que la suspensión de los jueces podría llevar de “20 a 30 días”, pero ese cálculo no cayó muy bien en algunos diputados que se quejaron por lo que consideraron una intromisión en sus funciones. Ayer, el jefe de Gabinete aclaró que al país “le conviene que el Poder Judicial funcione en forma autónoma e independiente, con jueces probos y capaces”.
Capitanich adelantó que el proyecto de reforma judicial que el Gobierno enviará en el Congreso no prevé la reducción de los integrantes de la Corte pese a que esa medida figuró en la plataforma de Duhalde para el ‘99.
El Jefe de Gabinete tampoco se animó a aventurar cómo terminará esta pulseada entre el Ejecutivo y el Judicial. “El equilibrio de poderes debe funcionar adecuadamente, pero en circunstancias de crisis, es muy importante tener prudencia en el funcionamiento y acción de cada poder del Estado”, afirmó Capitanich.