La convocatoria al Consejo Directivo de la CGT fue de urgencia y con una motivación única: la detención de su archirrival gremial y político, Gerónimo “Momo” Venegas, por la causa de medicamentos adulterados, donde la Justicia tiene en la mira a varias obras sociales sindicales y a sus directivos. Poco antes del mediodía, el secretario general de la central sindical, Hugo Moyano, logró reunir a los popes cegetistas en el Sindicato de Peones de Taxis y las conclusiones fueron unánimes. “Mas allá de las personas, hay un ataque a las instituciones sindicales, y en esta oportunidad el ensañamiento es con las obras sociales, que nacieron para preservar la salud de los trabajadores por la insuficiencia de las prestaciones públicas”, señala el comunicado de la CGT que hizo causa común con el –hasta ese momento detenido– líder de los peones rurales (Uatre) y las 62 Organizaciones Sindicales Peronistas. La única diferenciación fue política: “Vemos algunos muertos vivos que buscan publicidad electoral, aprovechando la complicidad de los medios de comunicación monopólicos”, agrega el texto cegetista para tomar distancia de Eduardo Duhalde.

“La simple denuncia o la imputación no pueden convertirse mediáticamente en una condena. Que quede bien claro: más allá de las posiciones políticas de los dirigentes, defendemos a los compañeros dirigentes sindicales”, expresa el comunicado rubricado y difundido por el Consejo Directivo cegetista, tras cuatro horas de deliberación. “Nosotros defendemos las instituciones y principios constitucionales, lo decimos claramente, cada uno tiene que ser responsable de sus actos, pero no se puede olvidar que en todos los casos rige el principio de inocencia”, agrega el texto que después de varios años de diferencias y enfrentamientos unifica la postura de los dirigentes sindicales de la fracturada CGT.

De todas maneras, los encolumnados con el camionero también quisieron dejar plasmadas en el texto sus diferencias políticas con Duhalde y los gremialistas alineadas con su candidatura presidencial, como el gastronómico Luis Barrionuevo: “No es inocente la utilización política que se está haciendo por la detención de un dirigente sindical como el compañero Venegas, y en su oportunidad con el compañero Juan José Zanola”.

Del encuentro cegetista participaron, entre otros, el propio Moyano; el dueño de casa, Jorge Omar Viviani (taxistas); Antonio Caló (UOM); José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Omar Plaini (canillitas), además del abogado de la central y diputado nacional Héctor Recalde. Allí la CGT también se declaró en “sesión permanente”. Una actitud que no fue sólo declamativa. La mayoría de los gremialistas siguieron deliberando en el sindicato de Peones de Taxis hasta bien avanzada la noche, cuando se conoció la excarcelación de Venegas después de que la Justicia le impusiera el pago de una caución de casi 500 mil pesos.

Uno de los pocos que habló públicamente fue el judicial Julio Piumato. “Hay que esperar lo que decida la Justicia”, había señalado Piumato en una entrevista radial cuando ya se conocía el comunicado cegetista. Lo que para algunos periodistas fue una muestra de “disidencia” con Moyano que el propio Piumato se encargó de desmentir, pero esta vez por Twitter: “¡El documento de la CGT no tuvo disidencia! Más aún, vino casi hecho de Salta (de donde regresó el camionero) a propuesta de Moyano”, twitteó.

Piumato también se manifestó en contra de “esta muy fea exposición pública de alguien que solo está procesado con esposas”. Pero a renglón seguido el secretario de Derechos Humanos de la CGT moyanista marcó sus diferencias con los duhaldistas: “Esto también vale para Zanola, todo el coro que habla ahora no habló cuando se llevaron a Zanola”. A diferencia del Momo, el bancario aún sigue preso en Marcos Paz.