¿Seguirá defendiendo el voto calificado? Lo dijo en 2007: “El voto obligatorio puede ser una trampa para esclavizarnos”. Cuatro años después, nada indica que el rabino Sergio Bergman haya cambiado su mirada sobre el sistema político.

Bergman llega a esta candidatura precedido de un aura equívoca de dirigente social. Sucede que, antes de convertirse en figura extrapartidaria de la derecha, y antes de hacerse conocido acompañando a Juan Carlos Blumberg en su pedido de mano dura, fue –en 1994– uno de los fundadores de Memoria Activa, la agrupación de familiares de víctimas del atentado a la AMIA que se enfrentó al gobierno de Carlos Menem. Durante dos años fue el vocero de la asociación y una presencia central en los actos que se hacían frente a los Tribunales. El reclamo de los familiares todavía hoy es parte de su imagen pública, aunque los integrantes de la agrupación hayan salido a aclarar que el rabino “se retiró en forma intempestiva y unilateral en marzo de 1996 expresando que Memoria Activa debía enterrar la causa AMIA”.

Casado, padre de cuatro hijos, egresado de Farmacia y Bioquímica (UBA), Bergman ganó espacio en los grandes medios durante el primer año del gobierno de Néstor Kirchner, secundando a Juan Carlos Blumberg en su campaña para endurecer el Código Penal. Desde entonces, la Coalición Cívica y el PRO buscaron llevarlo como candidato. Bergman se había negado hasta ahora: su argumento era que hacía “política cívica”, no partidaria. Así, en 2008 acompañó las marchas de la Mesa de Enlace, hizo campaña contra la estatización de las AFJP y, más tarde, contra la nueva ley de medios. En los últimos tiempos, su ligazón con Mauricio Macri se había vuelto ostensible: el rabino no faltaba a uno solo de los actos del jefe de Gobierno porteño. En abril viajó a Salta para apoyar –igual que Macri– al diputado terrateniente Alfredo Olmedo, investigado por reducción a la servidumbre y trata de personas, en su intento fallido de ser gobernador. Bien mirado, el respaldo a Olmedo es coherente con su defensa del voto calificado.

Bergman había lanzado, en mayo pasado, su propio partido, el Movimiento de los Ciudadanos o Partido Blanco. A la presentación fueron los principales dirigentes del macrismo, que compartieron canapés con varias figuras del Peronismo Federal y el ex secretario general de la presidencia de Carlos Menem, Alberto Kohan. El rabino anunció ahí que sería candidato a jefe de Gobierno, pero ya era claro que su lugar estaría en la boleta del PRO.