El justicialismo fragmentado vivirá hoy su primera interna del año. Una a medias, en un distrito hasta hace un tiempo adverso al PJ como es la Capital Federal, y con un final que parecía cantado porque el secretario de Turismo, Daniel Scioli, figura como candidato a jefe de gobierno en las dos listas que tienen más chances. Sin embargo, anoche el nombre de Scioli era mencionado como el candidato a vice que podría acompañar a Néstor Kirchner en la disputa por la Presidencia. Si el funcionario compite finalmente por la ciudad, como aseguraban anoche en su entorno más cercano, la interna se dirimirá en torno a las candidaturas de diputados nacionales y legisladores porteños. La probable consagración de Scioli, en tanto, estrenaría un nuevo escenario político: la pelea por el voto independiente y de centroderecha entre el preferido de Eduardo Duhalde y el ingeniero Mauricio Macri.
En la interna de hoy compiten tres listas. La mayoritaria es la “verde, azul y blanca” creada por un acuerdo entre duhaldistas y menemistas, e impulsada por el influyente José Luis Manzano y el jefe de la SIDE, Miguel Angel Toma. Esa corriente lleva como candidatos a Scioli-Pierini, postula a Toma como presidente del PJ Capital y contiene a duhaldistas, menemistas y dirigentes que se fugaron del entorno de Gustavo Beliz. Su principal competidora es la lista “rojo-verde”, compuesta por sindicalistas, y que hasta último momento negoció con Toma para armar una oferta única.
La síntesis entre duhaldismo y menemismo que exhibe la lista “verde, azul y blanca” se comprueba al repasar sus candidatos. El subsecretario de Interior, Christian Ritondo, ligado a Toma, es el primer candidato a diputados nacionales. Lo siguen Kelly Olmos, menemista, y Víctor Santa María, del SUTERH y ex aliado de Beliz. La nómina para legisladores porteños está encabezada por Diego Santilli, hijo del ex presidente de River vinculado a Menem, mientras que el dirigente de Boca Juniors, Roberto Digón, figura como primer candidato a congresales del partido. La lista “rojo-verde”, en cambio, está compuesta por los gremialistas Omar Viviani (taxistas), Daniel Amoroso y Amadeo Genta (municipales).
Los análisis previos anticipan una victoria casi segura de la lista “verde-azul y blanca”. Si eso sucede, Scioli quedará definitivamente instalado como uno de los candidatos a jefe de gobierno porteño. El ex competidor de motonáutica disfrutó en la última semana de un llamativo despliegue publicitario, señal clara del explícito apoyo que recibe de Duhalde. En su entorno se muestran entusiastas por los resultados de las encuestas, donde cosecha un interesante porcentaje de imagen positiva.
El entusiasmo se potenció en los últimos días. Hace menos de una semana los aliados de Scioli dicen que una reciente encuesta de Julio Aurelio lo muestra por primera vez encabezando la intención de voto para Capital, por arriba de Macri y Aníbal Ibarra. “Yo estaba en 8 y subí a 22”, aseguró a Página/12 el propio Scioli. Sin embargo, consultados por este diario, los encuestadores Artemio López y Graciela Römer no ven demasiados cambios en los porcentajes de intención de voto que obtienen los distintos candidatos a jefe de gobierno. Los sondeos que ellos manejan lo ubican segundo o tercero en las preferencias del electorado porteño. “A pesar de que Scioli tiene una relativa buena imagen, las encuestas hoy están lideradas por Macri en primer lugar y Aníbal Ibarra en segundo lugar”, aseguró Römer en diálogo con Página/12. En tanto, según la consultora Equis que dirige Artemio López, Macri ronda los 24 puntos, y Scioli tiene 14.
Esos porcentajes son transitorios, más si se tiene en cuenta que la elección en la ciudad aún no tiene fecha. Todo indica que será en octubre, y quedará condicionada por lo que suceda el 27 de abril. Los encuestadores imaginan un escenario polarizado entre el votante progresista, de centroizquierda o izquierda, de un lado, y el espacio ocupado por el peronismo y la centroderecha, por otro. Si ese escenario se confirma en los hechos, Scioli y Macri deberán disputarse parte del mismo electorado. En el comando de campaña del primero, por ejemplo, consideran que el secretario de Turismo tiene mejor llegada a los sectores medios y bajos que el empresario boquense. En cambio, el jefe de campaña de Macri, Juan Pablo Schiavi, se jacta de que son “el único sector que se está llevando votos de todos los partidos. No solamente de la derecha porteña”.
Por ahora, la competencia Scioli-Macri es de baja intensidad, mucho más si se compara con la guerra abierta, a cualquier costo, que enfrenta a Duhalde, Kirchner y el “nuevo espacio peronista” contra Menem y sus aliados. Previsores y astutos, tanto Scioli como Macri decidieron abstenerse en esa contienda, la madre de todas las batallas. Los dos tejieron aceitados contactos con el riojano en los ‘90 y ahora tienen una buena relación con Duhalde. Aunque, no por nostalgia ni melancolía, en cualquier momento pueden desempolvar aquellas viejas relaciones.